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Perfil

Descripción del recorrido 

Comienza esta quinta etapa en la plaza del ayuntamiento de Liétor, junto a la afamada fuente del Pilar, decorada con azulejos azules sobre El Quijote. Caminamos en dirección sureste, por el denominado Camino de los Molinos, dejando a nuestra izquierda la Casa de la Cultura. El camino tiene sabor antiguo, entre muros pasa por el Ramblón, junto a huertas de tradición árabe, conocidas como “de la Orden”, refiriéndose a la Orden de Santiago. Arriba a la izquierda queda el convento de las Carmelitas.  Pasamos junto a dos antiguos molinos y –a la izquierda- los contrafuertes de las tapias del convento.

Cuando llevamos medio kilómetro, el camino que llevamos se une a un carril asfaltado que baja hacia el río Mundo. 650 metros después llegamos a la Presa del Azud, que presenta un impresionante aspecto gracias a las lluvias del invierno. El carril asfaltado cruza el río sobre un puente. Nosotros giramos a la izquierda para cruzar –tras la puerta de una verja- el canal que recoge las aguas para riego. Lo cruzamos de nuevo y lo dejamos atrás ascendiendo por la Senda de los Infiernos. Cuando comienza a descender, la senda se ensancha y finalmente viene a unirse (a los 1.850 metros) a una senda que viene de cruzar el río sobre otro puente y que va a rodear el Peñascal de los Infiernos o Las Yeseras.

Ahora el sendero transcurre apaciblemente, llevando a su izquierda en la ladera del monte huertos de olivos, y a su derecha el río y los huertos de regadío, bien cuidados por los paisanos, cuyas hortalizas alcanzan merecida fama. Cuando hemos recorrido algo más de tres kilómetros, a la derecha observamos una pequeña casa y a la izquierda huertos vallados de olivos. Por aquí surge a la izquierda una senda que tenemos que seguir para subir a la ladera del monte. Preferimos respetar la valla y subir unos metros más adelante, junto a un barranquillo. Unos sesenta metros arriba, encontramos la senda que seguimos hacia la derecha en dirección a una pequeña casa que observamos en lo alto.

Pasamos la casa y seguimos bajando en la misma dirección unos doscientos metros. Enfrente, al otro lado del río y en lo alto observamos la Ermita de Santa Bárbara. Giramos a la izquierda, y unos cien metros más adelante llegamos junto a una casita, que queda a nuestra izquierda. Hemos de pasar por dos vallas, atravesando unas puertas. Junto a la casita pasa la acequia, junto a la que seguiremos durante medio kilómetro aproximadamente, trazando un semicírculo, como el propio río. Este tramo está muy próximo al río, entre huertos y cañaverales. En un momento dado, a la izquierda, vemos una cueva en la roca.

El sendero abandona el semicírculo y sigue dirección sur, junto a una casa de labor. Estamos en la Vega de Talubia. Ahora tenemos a la derecha el río y los huertos a nuestra izquierda. A los cuatro kilómetros y medio de recorrido, cruzamos el río Mundo sobre un puente. Llegamos a una carretera asfaltada, conocida como Camino de Caravaco, y la seguimos a mano izquierda durante casi kilómetro y medio.

Llevamos casi seis kilómetros y estamos en El Chueco. La carretera sube la Rambla del Torgal. Nuestro sendero la abandona por la izquierda, siguiendo una pista en dirección este. Estamos ya en la cola del pantano y observamos una chopera inundada. En algo menos de un kilómetro llegamos a una zona recreativa, con unas mesas y unas barbacoas, conocida como Fuente de la Casa de Marta.

Cruzamos el barranco de Juan García. El paraje se conoce como La Capellanía.  Subimos una cuestecilla y llegamos a una explanada. A nuestra derecha, un puntal de cueva caliza con una cueva en lo alto. Más adelante el camino se convierte en senda, y hemos de seguir junto a las rocas, a nuestra derecha. Pasamos junto a una tapia de una tiná de ganado. Descendemos para dirigirnos hacia la Casa de Andrés, aunque el sendero no pasa junto a ella, sino algo separado. El paraje se conoce como Los Majales. Llevamos recorridos ocho kilómetros.

Ascendemos por una pista, junto al barranco a la izquierda, durante setecientos cincuenta metros. A la izquierda, en lo alto, la Casa de los Majales. Ya hemos cruzado el barranco y abandonamos ahora la pista hacia la izquierda, buscando el barranco de Piqueras, descendiendo durante más de medio kilómetro hasta llegar al lecho del barranco, por donde caminamos unos trescientos metros. Junto a un pino que hay en el lecho del barranco, sale una senda a la derecha que seguimos ascendiendo hacia el collado, desde donde tenemos unas buenas vistas del pantano del Talave.

Estamos en el collado, hemos recorrido ya diez kilómetros y seguimos ahora un camino que desciende hacia el barranco de los Porrones, al que llegamos en medio kilómetro. Allí seguimos una pista que asciende junto al barranco. En medio kilómetro, llegamos a una bifurcación, que seguimos hacia la izquierda. Más adelante bifurcación, que seguimos hacia la derecha. Medio kilómetro más adelante, bifurcación que seguimos hacia la izquierda. A los 12.250 metros, importante bifurcación.

La seguimos hacia la izquierda, dejando el camino mejor y descendiendo hacia el pantano. En la loma de enfrente, vemos bajar una pista nueva procedente de la Carrasquilla. Cuatrocientos metros más adelante, llegamos al manantial del Talave, junto a un enorme pino carrasco. Más adelante, llegamos a una presa, que vadeamos por la derecha. Y enseguida el camino se une al carril nuevo que veíamos antes.

Llegamos al pantano, giramos a la derecha, junto a la Fuente del Talave. Hemos recorrido 13.300 metros. Seguimos la pista, junto al pantano, a nuestra izquierda. Surgen algunos caminos hacia el agua, seguimos rectos, para cruzar la rambla del Barranco de la Madera, 1.300 metros más adelante. En cuatrocientos metros llegamos a una bifurcación, que hemos de seguir hacia la izquierda para dirigirnos hacia las casas de la presa del Talave.

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