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Category GR 66 Sendero de los Serranos

Etapa 5 – Plañel a Los Giles

Etapa 5 – Plañel a Los Giles

Distancia: 16,22 Km \\\ Ascenso acumulado: 631 m \\\ Descenso acumulado: 570 m \\\ Cota mínima/máxima: 800 / 1252

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Perfil



Descripción del recorrido

Plañel está atravesada por la carretera A-65. Iniciamos la etapa junto a una panadería con horno de leña que a estas tempranas horas huele que alimenta. Seguimos en dirección noroeste, para llegar seguidamente a una placeta con una fuente. Al poco más de seiscientos metros, a la derecha del asfalto encontramos una casa y a la izquierda, el inicio de una pista forestal que vamos a seguir. A ambos lados de la misma, huertos de olivos.

A unos doscientos metros, a la derecha un depósito de agua de nueva construcción. Seguidamente atravesamos una acequia, el camino se estrecha y seguimos ascendiendo de frente, ignorando los caminos a izquierda y derecha.  Doscientos metros más adelante, pasamos junto al viejo depósito de agua. La senda es clara y bien marcada.

Seguidamente, bifurcación de sendas: seguimos la de la derecha. Cuando hemos recorrido kilómetro y medio, llegamos a un collado y por la izquierda viene la senda que hemos ignorado antes. Hemos de seguir hacia la derecha, subiendo y siguiendo la cuerda. Cruzamos un carril que a la derecha desciende y a la izquierda asciende.

Encontramos arquetas de conducción de agua. Más adelante subimos por una atractiva zona de piedras, con escaleras. A la derecha vamos viendo los cortijos abandonados de Mota, Plañelejo, Parideras, Tenedica y de la Tobica, en el valle de arroyo del Plañelejo. Por una zona de juncos, se vadea el arroyo de Plañelejo y se continúa por la senda que sube hacia la derecha.

Trescientos cincuenta metros más adelante llegamos a una pista forestal. En ella encontramos flechas del GR de los 3 Calares. La indicación de Plañel lo sitúa a 3.200 metros. A nosotros el GPS nos dice que llevamos 3.850 metros recorridos. Por la izquierda sigue el trazado de la Vuelta al Calar de la Sima, ahora debemos seguir la pista hacia la derecha. Ochocientos cincuenta metros más adelante, pasamos junto al Cortijo del Rincón Cavero. Al mismo pasar el cortijo, hemos de seguir la pista hacia la izquierda, ya que desde allí parte otra, por la derecha, en dirección a Argüellite.

En medio kilómetro, dos casas a la izquierda con un cartel que indica “Hoya Juan Pérez”. La pista es ancha y cómoda, a la izquierda, en lo alto, el Calar de la Sima. En algo más de kilómetro y medio, llegamos a una bifurcación: la pista de la derecha se dirige a Argüellite. Debemos continuar por la de la izquierda. En poco más de medio kilómetro, al pasar una balsa a la izquierda, después de cruzar un barranco, se abandona la pista forestal que asciende por una senda que surge a la derecha y que llanea para dirigirse hacia los Prados. Es un camino de sabor antiguo y nos deleita.

Hemos recorrido 7.800 metros y disfrutamos de la bonita aldea de Los Prados. Retornamos a la pista que traíamos, que a partir de Los Prados se asfalta. En poco más de medio kilómetro, antes de llegar al Cortijo de Los Prados Altos, abandonamos la pista por un camino ancho que surge por la izquierda, junto al barranco de Los Lomeros. Pasamos junto a la fuente del Prado Salvador. En trescientos metros, en una curva que hace el camino ancho, por la izquierda surge una senda que seguimos, para continuar en la misma dirección que traemos. Seguidamente, a la izquierda un campo de olivos vallado, a la derecha bancales abandonados y monte.

En algo más de seiscientos metros, llegamos a una pista forestal que seguimos hacia la izquierda. Estamos junto a la Peña de la Cabeza. En cien metros desde que llegamos a ella, abandonamos la pista forestal por una senda que surge hacia la derecha descendiendo. Las vistas del valle y del calar son impresionantes. La senda de descenso es deliciosa. Tras algo más de kilómetro y medio nos lleva a una pista forestal, que seguiremos hacia la izquierda. En medio kilómetro, bifurcación: seguimos hacia la derecha. Disfrutamos de unas carrascas impresionantes. En 350 metros, podemos decir que estamos en la Moheda, aunque es un núcleo diseminado de población. La pista forestal se encementa.

El entorno del camino se muestra exuberante. En poco menos de kilómetro y medio, cruzamos sobre un puente el río Tús. Al cruzarlo, el camino se bifurca: hacia la izquierda se dirige a Collado Tornero; seguimos hacia la derecha, para llegar en menos de doscientos metros al Vado de Tús, que queda arriba a la izquierda. Seguimos por la carretera algo más de doscientos metros hasta llegar al cortijo de la Abuela Rosario.

Al llegar al cortijo de la Abuela Rosario, hemos de abandonar la carretera por una senda vieja que surge junto a la casa, dejándola a la derecha, y ascendiendo junto a la valla, que queda a la derecha.  La atractiva senda asciende y en unos trescientos cincuenta metros llega a un carril que seguiremos a la derecha, dejando a la izquierda un campo de olivos y a la derecha el monte. Enseguida, una senda surge por la derecha. Seguimos por el carril, durante unos seiscientos metros en que, tras pasar junto a otro sembrado de olivos, llegaremos a una bifurcación de pistas.

A la izquierda nos llevaría a las Lagunicas. Seguiremos a la derecha. Pero sólo unos metros, pues la vamos a abandonar hacia la derecha, por una senda que desciende por el barranco. Hay que prestar atención, pues la senda está algo confusa, aunque poco a poco se hace más clara. En unos quinientos metros habremos vadeado el arroyo de Lagunicas y subiremos seguidamente a la Tobica de Arriba, junto a un viejo horno. Giramos a la izquierda y rodeamos las casas, dejándolas a la derecha.

Abandonamos la atractiva aldea, siguiendo la pista hacia la derecha. En trescientos cincuenta metros pasamos por la aldea también denominada La Tobica.  En doscientos cincuenta metros llegamos a la carretera A-12, que seguiremos hacia la izquierda para llegar en ciento cincuenta metros a Los Giles. Ha sido una etapa espectacular.   

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Etapa enlace con el GR 67 – Almenara a Paterna del Madera

Etapa enlace con el GR 67 – Almenara a Paterna del Madera

Distancia: 11,30 Km \\\ Ascenso acumulado: 98 m \\\ Descenso acumulado: 442 m \\\ Cota mínima/máxima: 1268 / 1607

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Perfil

Descripción del recorrido

           La etapa de enlace del GR 66 “Sendero de los Serranos” con el GR 67 “Sendero del Mundo” se inicia en la Fuente del Pino de los Muchachos, situada en la base del Almenara. Mientras que la etapa siete del GR 66 sigue dirección norte, sin dejar la altura de nivel, para buscar la Piedra del Grito; la etapa de enlace con el GR 67, sigue en dirección noroeste, paralela al barranco del arroyo de Las Hoyas, dejándolo a su derecha. Es un sendero delicioso, que no tiene pérdida alguna, pues coincide con parte del trazado del PR AB-32 “Sendero del Tejo Viejo”, de la Red de Senderos Verdenace.

Hasta llegar al Prao Redondo, son casi dos kilómetros de atractiva senda, que deja a su izquierda la Cuerda de las Almenaras (la Piedra del Grito y el Collado del Mosquito), mientras que a su derecha queda Cuerda Larga (la Cocota del Barranco del Ciervo, los Altos del Pedregal y el Puntal de Torca Raya). La vegetación es abundante, de ella nos llama la atención los helechos, muy verdes en este agosto.

En el Prao Redondo confluyen, además del barranco de las Hoyas que hemos seguido, otros dos arroyos procedentes de la cuerda del Almenara y que bajan por nuestra izquierda, por lo que hemos de cruzarlos. En el Prao Redondo encontramos la fuente del mismo nombre y el inicio de una pista forestal que seguiremos, durante algo más de tres kilómetros y medio, hasta la carretera CM-3216, junto al Cortijo de Tortas.

En poco más de un kilómetro, cruzaremos otro barranco que baja –por la izquierda- de la Morra de la Cerca, en la Cuerda del Almenara. Por la derecha baja el Barranco del Ciervo. En algo más de medio kilómetro, llegamos al Cortijo del Quinquillero, situado a la izquierda junto a la pista forestal. A la derecha, junto al río de Las Hoyas, hay cercados para las reses bravas que ocasionalmente se traen aquí para las fiestas de los pueblos cercanos.

En un kilómetro, a la derecha, abajo junto al río y casi escondida, la aldea de Las Hoyas del Pino. Doscientos metros más adelante pasamos junto a las ruinas del Cortijo Jeromo, arriba a la izquierda. Junto a él han edificado casas rurales. Junto al camino, una fuente y a la derecha, también encontramos casas de recreo, en las que pasar a una muy agradable temperatura los rigores del estío.

En medio kilómetro, tras pasar por unas casas a la izquierda de la pista, llegamos a la carretera CM-3216, que seguiremos hacia la derecha para pasar seguidamente bajo el Cortijo de Tortas, atractivo caserío cuya visita recomendamos. En medio kilómetro, abandonaremos la carretera por una pista que surge a la izquierda, junto a la Venta de la Cabrilla. Desde el Cortijo de Tortas hasta finalizar esta etapa de enlace, el recorrido coincide con el del PR AB-31 “Sendero del Calaire”, que une Paterna del Madera con Tortas.

Seguimos por la pista, y llevamos por la derecha un arroyo durante algo más de un kilómetro. Antes de cruzarlo, a la derecha, encontramos otra fuente. La abundancia de agua es otro más de los atractivos de esta etapa. Continuamos ascendiendo durante un kilómetro y medio, hasta situarnos en el collado del Cerro de los Torneros, que queda a la derecha, ya en la Cuerda de la Atalaya. A la derecha podemos disfrutar de unas espléndidas vistas del Almenara.

El resto de la etapa –como casi toda ella- es de descenso. En otro kilómetro y medio, a la izquierda, podemos observar las ruinas de la Juansomera, aldea deshabitada desde hace unos cuarenta años. Unos seiscientos metros más adelante, cruzamos sobre el carril, el río de las Acequias, dejándolo a nuestra izquierda. En otros seiscientos metros, en una curva del carril que cruza el río de las Acequias, habremos llegado al final de la etapa, ya que por la izquierda viene la variante segunda de la primera etapa del GR 67 “Sendero del Mundo”, procedente de Alcaraz.

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Etapa 8 Refugio del Escorial a Alcaraz

Etapa 8 Refugio del Escorial a Alcaraz

Distancia: 12,83 Km \\\ Ascenso acumulado: 80 m \\\ Descenso acumulado: 388 m \\\ Cota mínima/máxima: 890 / 1291

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Descripción del recorrido 

Partimos desde la puerta del refugio de El Escorial, cruzamos el río sobre un destartalado puente, subimos a una pista forestal y la seguimos hacia la derecha, en dirección norte. Las ruinas del cortijo están arriba, a la izquierda en lo alto. Más adelante hay una nave agrícola. Se va descendiendo el valle, con el río Escorial a la derecha, y la pista va por la ladera, rodeada de chaparros. Es una mañana de abril, ha llovido toda la noche, la niebla nos acompaña, la humedad lo impregna todo. La luz es mágica. Al poco, a mano izquierda, un nacimiento de agua casi en el mismo carril (este año ha sido de abundantes aguas).

El rumor del agua es constante. A veces se hace muy intenso y no podemos resistir bajar junto al río para ver las cascadas que forma el agua. A menudo abundan las zonas de repoblación de árboles, no sólo en este valle sino en toda la sierra. De vez en cuando, en el cauce del río se han construido unas presas para regular o contener las crecidas.  A los dos kilómetros, a la derecha, abajo junto al cauce encontramos una balsa de agua para uso de los bomberos forestales.

El camino está flanqueado a su derecha por una hilera de árboles variados: pinos, cipreses, abetos, robles, etc… A los dos kilómetros y medio, a la derecha, en el valle, encontramos dos construcciones agrícolas, un muelle y un vivero con muchos árboles plantados en sucesivas terrazas que, al parecer, se encuentra abandonado.

A los 3.300 metros, llegamos a la carretera CM-3216 y la seguimos durante unos metros a mano izquierda, subiendo un pequeño repecho. A los cuatrocientos metros, la abandonamos por una pista forestal que surge a la derecha. Enseguida, la pista hace una curva de 180 grados. Continuamos por ella. A los cuatro kilómetros, el camino se bifurca: a la derecha hay una construcción, posiblemente un antiguo molino. Seguimos hacia la izquierda. En algo más de cien metros, a la izquierda del camino otro antiguo molino, hoy abandonado.

Enseguida, cruzamos sobre un puente el río Escorial, el camino asciende y gira a la izquierda para situarse paralelo al río, que queda ahora a nuestra izquierda. La vegetación ha cambiado, ahora predomina la carrasca sobre algunos escasos pinos. Abajo, junto al río, sus inseparables chopos.

A los 4.650 metros, nuestro sendero se une al trazado del PR AB-22, que por la derecha se dirige a Paterna del Madera y por la izquierda hacia Vianos. Junto a su trazado, cruzamos nuevamente el río Escorial sobre un puente. Es habitual observar en este paraje caballos pastando. Al cruzar el río, giramos a la derecha y nos situamos en paralelo al río, a nuestra derecha, en dirección norte. Enseguida, el PR AB-22 nos abandona por la izquierda y lo vemos ascender bruscamente.

A los seis kilómetros el valle se estrecha. Al otro lado del río vemos las ruinas del Cortijo del Santo. Junto a ellas unas tinás de ganado aprovechan las paredes de la montaña. A los siete kilómetros y medio cruzamos nuevamente el río sobre un puente, discurriendo ahora por su lado derecho.

A los ocho kilómetros, encontramos una bifurcación. Seguiremos por el de la izquierda en la misma dirección que llevamos (a pesar de que una cadena impide el paso de vehículos), pues el de la derecha asciende hacia las ruinas de la Casa del Santo (al parecer se trata de un antiguo convento y los restos de un poblado ibérico). En este punto, a la izquierda se halla una presa, rebosante este año debido a las abundantes lluvias.

Continuamos caminando entre el rumor del agua del río, abajo en el valle, y el rumor del agua de una acequia antigua y plena, a nuestra derecha. Así, rodeados de agua y de vida, seguimos disfrutando de nuestro sendero. El valle se ha ido transformando en un cañón, con altas paredes de piedra tanto a izquierda como a derecha. La paleta de colores verdes parece infinita. Las paredes de piedra están surcadas por cortes longitudinales, en horizontal, y uno se imagina que representan un atractivo refugio para las abundantes aves.

A los ocho kilómetros y medio, el camino comienza a descender más vivamente, el valle se ha ido abriendo, dejándonos ver abajo ya el valle de Alcaraz. Junto a nosotros, a la izquierda –antes de llegar al río- encontramos plantaciones de árboles, principalmente nogueras. Volvemos a encontrar otra cadena en la pista, que impide el tránsito de vehículos motorizados.

A los nueve kilómetros y medio llegamos a la central hidroeléctrica de Los Batanes, un antiguo molino. Actualmente se halla un establecimiento hostelero. En este punto se unen los ríos del Escorial y el de la Mesta. En este punto, justo al cruzar sobre un puente, se une el GR 66 “De los Serranos” –que estamos recorriendo- con el GR 67 “Sendero del Mundo” (Alcaraz, Paterna del Madera, Bogarra, Ayna, Liétor, Talave y Hellín). Enseguida llegamos a la carretera A-23, que viene de La Mesta, y la seguimos hacia la izquierda.

El río que se acaba de formar, se llama ahora Alcaraz y discurre junto a nosotros, abajo a la derecha. El valle se abre y predominan los olivos y las huertas de autoconsumo. Seguimos por la carretera durante algo más de kilómetro y medio. La abandonamos cuando ésta hace una curva a la derecha para cruzar sobre el río. Seguimos una pista forestal que surge a su izquierda. Se une a nosotros el trazado del PR AB-21 que por la derecha viene de Paterna del Madera y que va a seguir junto a este sendero hasta Alcaraz, siguiendo el camino de los Rateros, que así se conocía el camino que acabamos de tomar.

A los doce kilómetros pasamos por el Cortijo Entre Huertos. Durante mucho tiempo nos sirven de faro las dos torres (de la Trinidad y del Tardón) que vamos viendo cada vez más cercanas. El camino llega a la carretera provincial AB-520, que hacia la izquierda se dirige hacia Elche de la Sierra, Hellín, Paterna del Madera y Vianos. Cruzamos la carretera y subimos por la calle del Bachiller Sahuco, hasta llegar a la monumental Plaza Mayor de Alcaraz, otrora capital de una importante comarca.

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Etapa 7 Riópar al Refugio del Escorial

Etapa 7 Riópar al Refugio del Escorial

Distancia: 15,51 Km \\\ Ascenso acumulado: 746 m \\\ Descenso acumulado: 423 m \\\ Cota mínima/máxima: 951 / 1644

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Perfil

 

Descripción del recorrido 

Partimos de la plaza de Luis Escudero, después de detenernos en una escultura que reza:  “En homenaje y recuerdo a D. Juan Jorge Graubner y a todos los hombres y mujeres que han trabajado en las reales fábricas de bronce de Riópar (1772 – 2010), creando con su trabajo y su vida, el progreso y el futuro de todo un pueblo”. Es un obligado reconocimiento a los orígenes de este pueblo y a la voluntad de un hombre que cambió un pueblo de emplazamiento.

Salimos de Riópar por el Paseo de los Plátanos y la carretera CM-412, que conduce a Riópar viejo y a Alcaraz, Vianos y Paterna del Madera. Todavía en el casco urbano cruzamos sobre el Arroyo del Gollizo, que baja por la derecha.

En poco más de kilómetro y medio, llegamos a Las Casas de las Tablas. A la izquierda de la carretera se va en dirección al Camping Riópar, muy cerca del río Mundo. Giramos a la derecha por una pista forestal, que asciende, abandonando la carretera; paralela al arroyo de la Celada, que queda a nuestra izquierda.

A los dos kilómetros pasamos por el Cortijo del General Martínez Campos. Al mismo terminar el cortijo, la pista hace un giro a la izquierda. Nosotros seguimos por una senda en la misma dirección norte que llevamos, con el arroyo de la Celada a la izquierda. La senda es atractiva, con un antiguo muro de contención a la derecha, abajo el arroyo y sus inseparables chopos altivos. Es un placer oír el rumor del agua abajo, el valle está poblado de multitud de casas aisladas, refugio de muchos amantes de la naturaleza.

A los dos kilómetros y medio, cruzamos el arroyo de la Celada, situándonos en su margen derecha. Seguimos ascendiendo por una senda muy clara, antigua, entre pinos y muy agradable. Sin dejar la senda, el sendero hace un giro de 180 grados y sigue ascendiendo. Pasamos por una zona de juncos, nacimiento de agua que invade el camino. Más adelante, el sendero se convierte en un camino ancho o pista en mal estado, con trazas de dos ruedas, por el que pueden transitar coches. Nos hallamos en la zona de Los Majuelos.

A poco más de cuatro kilómetros, llegamos a una pista forestal muy ancha y en perfecto estado que viene del Gollizo (por la derecha) y sigue a El Villar y a la carretera entre El Noguerón y Riópar Viejo (por la izquierda). La seguimos a la derecha. Algo menos de un kilómetro más tarde, dejamos la pista forestal a mano izquierda, para subir por una senda el barranco de Poyo Papera. La senda está situada junto al arroyo, que queda a su izquierda. Más adelante, a la izquierda del camino, una vieja calera. Pasamos por una zona de juncos. La pendiente es fuerte. Hay pinos resineros.

Cuando llevamos 5.800 metros llegamos a la carretera C-415 (la antigua de Riópar a Alcaraz) y la seguimos a mano derecha, durante 500 metros. La vamos a abandonar por la izquierda, por un camino ancho que asciende con una fuerte pendiente, cuando la carretera toma una curva a la derecha de 180 grados. En cien metros, el camino ancho llega a un pequeño collado y nuestro sendero se convierte en una senda que gira a la derecha y continúa ascendiendo. Pasamos junto a varios mojones de monte público.

A los siete mil ciento cincuenta metros, llegamos al collado de la Dehesa de las Almenaras. A nuestra izquierda, abajo, podemos observar el valle de Riópar. Hemos pasado por una zona de repoblación de pinos. La dehesa es muy atractiva, de prado y espinos. A nuestra derecha una valla. Pasamos junto a un pozo antiguo, a nuestra izquierda. A los siete kilómetros y medio llegamos a una antiguo camino ancho que viene desde las ruinas del Cortijo de Miguel Serrano, a nuestra izquierda, y baja hacia el valle. Nos detenemos a visitar las ruinas de este antiguo cortijo.

Continuamos en dirección norte, la alambrada sigue junto a nosotros, a la derecha. Nos encontramos en una llanura. Nuestro sendero se une al río Endrinales, que baja desde las almenaras y en este llano sigue dirección este. Seguiremos juntos casi kilómetro y medio, pues ahora vamos a subir por un barranco, junto al río, en dirección noroeste. Es una vaguada muy atractiva, con rocas y chaparros. Cruzamos el río varias veces, situándonos a uno y otro lado, con una senda a veces poco clara.  Pero no hay pérdida, hay que seguir la dirección noroeste, en dirección al Cordel del Almenara, frente a nosotros.  Cuando hemos recorrido 9.400 metros, el barranco se bifurca a izquierda y derecha en dos direcciones: el río Endrinales viene por la izquierda, en dirección oeste; nuestro sendero sigue ascendiendo a la derecha, en dirección norte.

Siguiendo por el mismo barranco llegaremos a una pista forestal, justo al collado, en la base del Almenara. Nuestro sendero se une al recorrido del sendero PR AB-32 “Sendero del Tejo Viejo”, que por la derecha se dirige hacia la Lagunilla y por la izquierda hacia la fuente del Pino de los Muchachos, el barranco del Ciervo y finalmente el Cortijo de Tortas. La pista se bifurca: a la derecha asciende hasta Cuerda Larga. Seguimos por la izquierda hasta la fuente del Pino de los Muchachos (llevamos 9.800 metros). Aquí nos separamos del PR AB-32, que desde la parte baja de la fuente se dirige hacia el barranco de las Hoyas. Nosotros seguimos desde el mismo nacimiento, paralelo al barranco y sin perder altura en dirección noreste.

Es una zona de rocas, las Almenaras están arriba a nuestra izquierda y a nuestra derecha, arriba, las antenas y la caseta de vigilancia de Cuerda Larga. El sendero va girando sobre el eje de las Almenaras. Caminamos sobre la ladera, pasando por zonas de derrumbe, sin vegetación, en las que el agua arrastra la tierra montaña abajo.

            A los 11 kilómetros justos, cruzamos un barranco que baja por la izquierda de lo alto; y el sendero hace un giro brusco a la derecha. Doscientos metros más adelante, en una zona de rocas, el camino hace un giro a la izquierda. Más adelante sigue en dirección norte. Trescientos metros más adelante llegamos a un portillo de piedras, desde el que vemos al frente a la izquierda, la Piedra del Grito, a cuya base nos dirigimos, girando bruscamente a la izquierda hacia dos  mojones de delimitación de término, situados sobre una lometa. Seguimos por la cresta de la lometa hacia la izquierda. La Piedra del Grito está a nuestra derecha y el Almenara, al fondo a la izquierda. Hemos cruzado el cordel del Almenara, situándonos en la vertiente atlántica, por una senda bien marcada en la ladera que rodea la Piedra del Grito.

            A los doce kilómetros llegamos a una loma, giramos a la izquierda para descender por la cresta de la loma hacia la pista forestal que se dirige a Zapateros (izquierda) desde el puerto del Barrancazo (derecha). La seguimos hacia la derecha. Cuatrocientos metros más adelante llegamos a una bifurcación.  Seguimos por el carril que desciende a la izquierda, durante unos 1.200 metros, hasta que lo abandonamos cuando éste hace una curva a la izquierda, por una senda poco clara que baja por un barranco, dejando el arroyo a nuestra derecha.

            En un punto lo cruzamos para seguir la senda más clara a su derecha, para luego volver a cruzarlo, situándonos a su izquierda. El barranco se va abriendo en un pequeño valle, para unirse al valle que forma el río del Escorial, casi en el destino de nuestra etapa, pues enseguida llegamos a una pista forestal. Arriba a la izquierda están las ruinas de El Escorial. Al frente una nave agrícola. A la derecha, el Refugio del Escorial, al que llegamos tras cruzar el río sobre un puente en muy mal estado.

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Etapa 6 – Los Giles a Riópar

Etapa 6 – Los Giles a Riópar

Distancia: 19,06 Km \\\ Ascenso acumulado: 784 m \\\ Descenso acumulado: 668 m \\\ Cota mínima/máxima: 866 / 1595

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Descripción del recorrido

             Desde Los Giles,  el trazado original diseñado por el Centro Excursionista de Albacete,  seguía por la carretera hasta Tús. Años después, el mismo Centro con el Club Montañero Sierra de Alcaraz, diseñó un trazado alternativo por sendas antiguas, pasando por Los Manueles y La Casica. Preferimos este último: así que desde el bar de Los Giles,  después de pasar la parada del autobús, se sube por un camino a la izquierda. Es ancho, antiguo, rodeado de chaparros, con el barranco del arroyo de Piedras Blancas, a la derecha.

A los doscientos cincuenta metros se deja el camino principal, que se ha convertido en senda y se cruza el arroyo, bajando por una sendica que surge a la derecha. Nos hemos situado al otro lado del arroyo, que está ahora a nuestra izquierda. A los 50 metros de haber cruzado, a la izquierda vemos una viga que es un acueducto, y en el sentido de la dirección de la viga, se gira a la derecha, dejando el arroyo atrás y siguiendo la acequia tapada. Es un camino entre huertos, olivos a la izquierda, valla a la derecha. Enseguida el camino se ensancha.

En cien metros dejamos el camino ancho que sube hacia los Manueles –también podríamos ir por allí- para seguir una senda estrecha que sigue junto a la valla y la acequia. En poco más de cien metros, se abandona la valla para subir al camino ancho que dejamos hace poco, seguirlo hacia la derecha y llegar a Los Manueles. Dejamos la aldea por una pista asfaltada, con una fuente y unos chaparros, en dirección al calar y más aldeas antes de llegar a él.

En doscientos cincuenta metros, antes de llegar a la carretera, cruzamos un arroyo por la pista. Llegamos a la carretera  la seguimos a mano izquierda, para llegar en unos trescientos metros a Pedazuelo. Y seguimos en dirección a Tus, por la carretera. En trescientos cincuenta metros, en una curva que hace la carretera hacia la izquierda, la abandonamos por una pista forestal que surge a la derecha. El murmullo del arroyo de la Sierra, abajo a la derecha, en un barranco enorme, es constante.

En doscientos metros la pista se acaba y por la izquierda surge una senda que vamos a seguir, para llegar a la Casica en cien metros. Cruzamos esta aldea, llegamos a la carretera y la tomamos a mano derecha, para llegar a la aldea de Tús en poco más de medio kilómetro. Hemos de cruzar la aldea de Tús,  el más elevado de todo este núcleo diseminado de población conocido igualmenet y en global como Tús. Cruzamos la aldea y encontramos un camino ancho, precioso, de subida al calar. A Riópar nos quedan unos 15 kilómetros, para nuestro disfrute.

A la derecha del camino, a ratos, una acequia antigua de piedra. La senda de subida no puede ser más cómoda, más guapa y más atractiva. En poco más de medio kilómetro cruzamos el barranco, que queda a nuestra izquierda. Y seguimos subiendo. Cruzamos enseguida sobre una acequia. Volvemos a cruzar la acequia. Cruzamos un barranquito. El camino se mete entre rocas y se escalona. En lo alto, a la izquierda el Puntal de la Encomienda; a la derecha, La Molata.

Cuando llevamos recorridos poco más de cuatro kilómetros, donde el camino hace la curva hacia la izquierda, hay una bifurcación de sendas: la de la derecha cruza el arroyo, seguimos por la de la izquierda. Siguiendo la de la izquierda, nos alejamos del arroyo. La senda en una lenta, suave y agradable subida permanente se ha ido acercando al lecho del arroyo del río Tús. Aquí ya en lo alto, sin agua. Se une a él la senda, que lo lleva a la derecha. Tras las rocas, hay abundancia de espino en la llanura. En la umbría el valle se ha estrechado, metiéndose en un cañón rodeado de rocas. Es como una pradera, con rocas, espinos, verde, el arroyo a la derecha. Es una delicia y un placer. Algún pino aislado.

Al llegar casi arriba, cuando hemos recorrido poco más de seis kilómetros, llegamos a una bifurcación: la senda más marcada, por la izquierda, se aleja del arroyo; seguiremos la de la derecha que sigue junto al lecho del arroyo, paralela a él. Ambas alternativas están marcadas y nos llevan a lo alto del calar. Cruzamos un par de veces seguidas el arroyo, siguiendo una trocha o senda vieja. Durante algún tramo circulamos sobre el lecho del arroyo.

Poco a poco vamos dejando el lecho del arroyo a nuestra derecha hasta separarnos de él definitivamente, girando hacia la izquierda para dirigirnos a la fuente de los Tornajos de Arriba, según un pastor que encontramos por aquí. Hemos recorrido poco menos de ocho kilómetros y estamos situados a 1500 m. de altura. Siguiendo dirección noreste, subimos al collado de Argel, al que llegaremos en kilómetro y medio.  

Se va viendo el  lecho amplio del arroyo, abajo, que zigzaguea, haciendo meandros. Debe ser precioso hacer esta etapa en una estación lluviosa.

En el Collado de Argel, nos dejamos caer en dirección noroeste sin una senda clara, al principio. Pero el sendero está bien marcado. Al bajar el collado vamos a una especie de hoya, la Cañada de las Yeguas y luego, a continuación, con el terreno más terroso, se dejan ver varias trochas y seguimos la principal de ellas. Las trochas convergen y se separan en una elevación desde la hoya, convirtiéndose más adelante en una senda más clara y trillada, con marcas de GR.

En kilómetro y medio desde el collado, llegamos a las marcas de dos ruedas sobre el suelo, que seguimos hacia la derecha menos de cien metros, para abandonarla por la izquierda, monte a través en dirección norte hacia la fuente del Espino, donde llegamos en unos trescientos cincuenta metros. Junto a la fuente, encontramos una pista forestal, que seguiremos hacia la izquierda. Es una llanura de espinos, chaparros, algún olmo majestuoso, muy atractivo,  un bosque precioso. Lo recorremos durante kilómetro y medio, hasta que la pista forestal finaliza junto a una casa, a la izquierda. Habrá que tomar precauciones, pues en este punto nos encontramos ganado bravo. Se coge una senda de bajada.

La bajada es una preciosidad, el bosque que nos rodea es húmedo, con abundancia de carrasca. La tierra del suelo -el humus- es húmeda y negra. En poco más de un kilómetro llegamos a un punto conflictivo: la tendencia es continuar recto ya que es seguir la senda clara que llevamos y llanea; pero hemos de desviarnos por una senda menos marcada que baja a mano izquierda por un barranco. Si hubiéramos seguimos por la de la derecha, llegaríamos a una valla.

La senda pasa por una atractiva zona de rocas, bajando bruscamente por el barranco y en un kilómetro llega a una explanada que tomamos a mano derecha. Enseguida vemos la pista de saca antigua, que en cuatrocientos metros nos lleva a la pista forestal ancha, que tomamos a mano izquierda. El mapa dice que estamos cerca de la fuente de los Centenares. Encontramos las viejas marcas del GR tapadas con pintura negra. Seguimos la pista que discurre paralela al río mundo. Enseguida habremos de cruzar por una puerta el cercado que nos encontramos en la pista.

       Llevamos unos cuatrocientos metros sobre la pista junto al río, cuando la abandonamos por la derecha para encontrar un aforo sobre el río Mundo, estamos en la Viga. Cruzamos el río y subimos a una pista forestal ancha y bien arreglada, que seguimos a mano derecha. Arriba, a la izquierda La Casa de la Noguera. Más adelante, a la derecha, la piscifactoría. En poco más de un kilómetro, llegamos a la carretera CM-3204, que seguiremos hacia la derecha. Enseguida, arriba, a la izquierda Casas Rurales El Calar, y el Restaurante Los Pinos. En otro kilómetro llegamos a la carretera CM-412, junto a una gasolinera. Seguiremos hacia la izquierda. Ya estamos en Riópar, pero caminamos otros ochocientos cincuenta metros, para finalizar en la plaza de Luis Escudero, esta interesante etapa en la que hemos atravesado el Calar del Mundo por el este y cuando hemos recorrido unos diecinueve kilómetros.

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