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Etapa 2 – Nerpio a Pedro Andrés

Distancia: 17,16 Km \\\ Ascenso acumulado: 480 m \\\ Descenso acumulado: 365 m \\\ Cota mínima/máxima: 1083 / 1501

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 Perfil

 

Descripción del recorrido

  Comienza esta segunda etapa en la Plaza Mayor de Nerpio, en la que encontramos el Ayuntamiento, la Iglesia y la Casa de la Cultura. La abandonamos en dirección sur, hacia la antigua carretera, dejando a la izquierda el arroyo del Camino de la Fuente, situado en un profundo barranco. Seguimos por la calle Ancha, dejamos la calle Alta a la derecha. Pasamos por la calle de Los Caños, en la que se sitúa la Farmacia. Seguimos en dirección a una zona de acampada, descendiendo en dirección al río Taibilla. En una bifurcación, seguimos la calle de la derecha.

En unos cuatrocientos metros, llegamos a la carretera: A la izquierda (AB-702) dirección Moratalla y El Sabinar; y a la derecha (A-45), dirección Yeste y Yetas. Seguimos hacia la derecha. Sale una pista de tierra a la izquierda, que ignoramos. En 150 metros dejamos la carretera, por una pista asfaltada que surge a la izquierda, en dirección a Los Chorretites. Seguiremos esta pista asfaltada hasta el kilómetro 3,75. Este recorrido  coincide con rutas señalizadas del municipio. Una acequia a la izquierda.

Pasamos sobre un puente el arroyo de Aliagosa. Al mismo cruzarlo, a la derecha encontramos un caserío, la Fuente de Gaspar. En menos de cien metros, llegamos a una bifurcación, que seguiremos hacia la derecha. Al frente, una construcción agrícola y ganadera. De la pista asfaltada, salen a izquierda y derecha caminos de tierra, que ignoraremos. Comenzamos a ascender, entre campos de nogales, un muro de piedra a la izquierda. A la derecha, algo retirada, una atractiva casa. A la izquierda, junto al camino, una casuta. Si volvemos la vista atrás, unas vistas preciosas de Nerpio.

A la derecha, las ruinas de un cortijo. Cuando hemos recorrido dos kilómetros desde el inicio, en una curva que hace la pista hacia la izquierda, por la derecha sale un camino que desciende hacia el río Taibilla. Es la visita, opcional pero muy recomendable, del Plantón del Covacho. Es el tronco, ya seco, de un nogal que hubo de tener unas dimensiones impresionantes. Junto a él, en las rocas, una cueva o covacha. Con el río Taibilla a su lado, el conjunto formaría -y forma- una muy atractiva zona de recreo, que habrán disfrutado muchas generaciones. Es un desvío de cuatrocientos metros de nuestro GR, pero merece la pena. Aunque las marcas de GR que vemos, nos indican que ya se ha incorporado a esta etapa.

De regreso a la pista asfaltada, continuamos por ella, despreciando un camino a la izquierda que se dirige a un corral para ganado. Hemos subido un repecho, ahora llaneamos y nos introducimos en un pinar. A la izquierda, una valla. Cuando hemos recorrido 3,75 kilómetros desde el inicio, abandonamos la pista asfaltada, por un camino ancho que surge a la izquierda. Es un coto privado de caza, está vallado pero la puerta está abierta. Transitamos por una pista cómoda, situada en un bosque agradable.

En algo más de medio kilómetro de este camino ancho, un camino en peor estado se une al nuestro por la izquierda.  250 metros, más adelante, salimos del cercado por otra puerta abierta, dejando atrás el bosque. Pasamos, de vez en cuando, entre campos de labor. Cuando hemos recorrido algo más de medio kilómetro, desde que abandonamos el bosque, al fondo a la derecha, podemos observar Los Chorretites de Abajo; y si volvemos la vista atrás, unas vistas espectaculares de Nerpio.

Nos vamos situando en paralelo al profundo barranco de Aliagosa, a nuestra izquierda. Atravesamos un paso estrecho -que parece un contaero-, un portillo, y seguidamente abajo vemos el Cortijo de Los Bancalejos; arriba –a nuestra derecha- un aprisco. Estamos atravesando un atractivo cañón. En doscientos metros, por la izquierda viene a nuestro camino, otro procedente de Los Bancalejos.

El camino es cómodo, por la ladera de un valle encajonado. A nuestra derecha, unos picos se elevan. A nuestra izquierda, abajo el arroyo de Aliagosa y más arriba elevaciones rocosas. Desde lo profundo del valle, nos llega el rumor del agua. Poco a poco, vamos descendiendo y nos hemos situado casi en la base del valle, que se ha ido abriendo. En poco más de dos kilómetros, desde Los Bancalejos, llegamos a una bifurcación, que seguiremos hacia la derecha, subiendo. En doscientos cincuenta metros, otra bifurcación, que seguiremos igualmente hacia la derecha, subiendo.

Nos introducimos en terreno de chaparros y carrascas, algunas de ellas majestuosas. En algo más de doscientos metros, el camino hace un giro de casi 180 grados, para dirigirse hacia La Aliagosa, donde llegamos en 350 metros. Es un cortijo en ruinas, muy atractivo; situado en lo alto, con vistas impresionantes del valle y rodeado de enormes encinas. Desde la Aliagosa, vamos ascendiendo por un terreno pedregoso más despoblado, con el valle a nuestra izquierda; contemplamos huertos aterrazados de nogales.

En seiscientos metros desde la Aliagosa, atravesamos un portillo, haciendo caso omiso de los carteles que prohíben el paso (los caminos públicos no se pueden cortar). A continuación pasamos sobre otra cadena. Y seguidamente, una bifurcación: seguiremos hacia la derecha. Abajo, a la izquierda, una piscina. Unos ciento treinta metros más adelante, pasamos por la espalda de un cortijo en uso –a nuestra izquierda-; arriba, a la derecha, el cortijo antiguo. Es el Cortijo de Montañez. Desde allí, el camino mejora bastante.

En unos setecientos metros desde Montañez, llegamos a una “trifurcación”: el de la izquierda baja hacia la vaguada; el de frente continúa en la misma dirección; y el de la derecha –que seguimos- asciende. Trescientos metros más adelante: un camino sale a la derecha y se dirige hacia el cortijo en ruinas, sobre Montañez. Medio kilómetro más adelante, una bifurcación: habremos de seguir hacia la derecha. En doscientos metros más, habremos llegado al collado: dos trazas de rueda salen perpendicularmente hacia la derecha dirigiéndose hacia la Cruz de Taibilla. Después de disfrutar de las vistas en ambas direcciones, seguimos de frente, descendiendo.

Medio kilómetro más adelante, un camino sale del nuestro hacia la izquierda; seguimos de frente. En algo más de cuatrocientos metros, llegamos a dos balsas con agua, a nuestra derecha: estamos en La Fuente del Taibilla. A continuación, pasamos sobre una cadena. Doscientos metros más adelante, llegamos a una pista forestal ancha, que –por la derecha- viene de Los Chorretites; la seguiremos hacia la izquierda. En menos de medio kilómetro, llegamos a una bifurcación: seguiremos hacia la derecha, haciendo una curva de 180 grados; ignorando el que sigue ascendiendo de frente. En el mismo lugar, surge una senda atractiva que asciende. En 150 metros, arriba a la izquierda, un aprisco.

En algo más de doscientos metros, por la derecha viene un atajo que nos hubiera ahorrado casi un kilómetro, aunque hemos preferido seguir el trazado marcado originalmente. A continuación, nos vamos introduciendo en un atractivo cañón. Doscientos cincuenta metros más adelante, de nuestro camino surge una senda a la derecha, que sube hacia las Covachas de la Solana, con sus atractivas pinturas rupestres. En poco más de cien metros, se llega al recinto que está cerrado, pues hay que reservar cita para visitarlas. Situados en este hermoso paraje, nos acordamos de su descubridor, el buen maestro José Jesús Sotos Pérez.

Poco más adelante de las Covachas, a la izquierda una fuente, una balsa y unos impresionantes nogales. Doscientos metros más adelante, ya vemos Pedro Andrés; un depósito a la derecha. A la izquierda, un inmenso bancal de nogueras. En unos 450 metros, atravesamos el Cortijo de La Noguera, dedicado a la agricultura y la ganadería. Dejamos un camino a la izquierda y otro a la derecha, seguimos por la pista principal, en dirección este.

En 250 metros desde el cortijo, dos trazas de rueda salen de nuestro camino a la derecha. Atrás, a la derecha, ya se puede observar el Castillo de Taibona. En 150 metros, un camino sale del nuestro hacia la izquierda. En 170 metros, un camino sale del nuestro por la izquierda, seguimos de frente derecha, entre unos campos de chaparros. En doscientos metros, bifurcación: seguimos hacia la derecha. En otros doscientos metros, otra bifurcación, que tomaremos igualmente hacia la derecha.

En unos trescientos metros, el camino gira hacia la izquierda. Abajo, a la derecha quedan los Cortijos de Isidoro, de frente una construcción agrícola. El camino va girando hacia la derecha (las vistas de Pedro Andrés, espléndidas), a continuación pasamos bajo otro pequeño  y atractivo cortijo de apenas tres casas; y nos dirigimos a Pedro Andrés, por un camino encementado. En ciento treinta metros, al nuestro se une por la derecha, otro camino encementado.

En ciento ochenta metros, cruzamos el río Taibilla sobre un puente. Al mismo cruzarlo hay una bifurcación: seguiremos hacia la derecha, ya para subir a Pedro Andrés. 

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