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Etapa 2 Vado de Tus a Riópar

Etapa 2 Vado de Tus a Riópar

Distancia: 28,23 Km \\\ Ascenso acumulado: 921 m \\\ Descenso acumulado: 833 m \\\ Cota mínima/máxima: 842 / 1508

 

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

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Descripción del recorrido

Se trata de atravesar el Calar del Mundo, para lo que comenzamos esta etapa en el Vado de Tús, que queda arriba a la izquierda.Está lloviendo en esta agradable mañana de primavera. Y no dejará de hacerlo hasta que estemos en el Campamento de San Juan.Seguimos por la carretera unos trescientos metros hasta llegar al cortijo de la Abuela Rosario. Al llegar al cortijo de la Abuela Rosario, hemos de abandonar la carretera por la izquierda, siguiendo una senda vieja que surge junto a la casa, dejándola a la derecha, y ascendiendo junto a la valla, que queda a la derecha.  La atractiva senda asciende por un bosque denso, atractivo y húmedo;  en unos trescientos cincuenta metros llega a un carril que seguiremos a la derecha, dejando a la izquierda unos huertos aterrazados de olivos y a la derecha el monte. Enseguida, una senda surge por la derecha.

Seguimos por el carril, durante unos seiscientos metros en que, tras pasar junto a otro sembrado de olivos, llegaremos a una bifurcación de pistas. Estamos a 1.160 metros del Vado de Tus, según nos indican las señales. Aquí nos separamos de la etapa seis del GR 66, que continúa hacia la derecha, en busca de La Tobica. Nosotros seguiremos hacia la izquierda, en dirección a Las Lagunicas, por una pista embarrada. En algo más de cuatrocientos metros, llegamos a una bifurcación de carriles: seguiremos por el de la derecha. Vamos viendo ya las casas de Las Lagunicas. Cuando llevamos dos kilómetros (1890 metros según una señal), llegamos a una carretera asfaltada, que seguimos a mano  izquierda, dejando Las Lagunicas a la derecha.

En medio kilómetro, junto a un caserío que queda a la derecha, llegamos a una bifurcación: seguiremos hacia la derecha. En seguida, a la derecha, las ruinas de la Tinada de los Mancheños. En otro medio kilómetro, el asfalto termina cuando el arroyo de Las Marinas pasa sobre la pista. Seguimos de frente, por una pista de tierra ahora.

En doscientos metros, el arroyo de Lastra cruza sobre la pista. Seguidamente pasamos por una bonita zona de robles, a ambos lados del camino. En algo menos de medio kilómetro, a la derecha un carril se dirige hacia el Cortijo de Lastra; seguimos por la izquierda. En unos cien metros, otra bifurcación que seguiremos igualmente a la izquierda.

En poco más de ciento cincuenta metros, abandonamos la pista forestal por una senda que asciende a la derecha. Vamos siguiendo desde Lagunicas una ruta del Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, que sube hasta el calar. La senda de subida, desde la pista forestal, es clara, está bien señalizada y es un disfrute. Subimos por la ladera. A la izquierda unas vistas espléndidas del valle del río Tus, que casi intuimos por lo oscuro del día. Unos restos de almuerzo nos invita a recordar que todo lo que se sube a la montaña, se baja de la montaña, no se deja en ella.

Tras kilómetro y medio de dura ascensión llegamos a la vereda de Siles, en una zona rocosa de curiosas formas. A la derecha, en lo alto, el Puntal de la Escaleruela. Durante casi kilómetro y medio seguiremos la vereda de Siles, el camino está claro que es antiguo. Unas caídas a la izquierda impresionantes, en este caso se agradece no ver mucho. La vereda sigue en dirección este, nosotros giramos a la derecha hacia el norte por una pradera. La lluvia sigue cayendo mansamente. Es un camino ancho, como una pista, con trazas de dos ruedas, llaneando por una pradera muy guapa, húmeda; observamos líquenes en los árboles.Es una pradera atractiva, de pinos jóvenes, el agua se embalsa, terreno de precalar. Vemos un cercado ruinoso y dos bañeras a modo de abrevadero.

En seiscientos metros, el camino marcado por el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima sigue el carril. El trazado del GR la abandona por la derecha, en dirección norte. Estamos en el calar, fuera de senda, siguiendo a veces una trocha. Está bien marcado y el track es bueno. Encontramos evidencias de ganado vacuno. En menos de un kilómetro cruzamos una pradera, hay un letrero de parque natural. Vemos muchos espinos, siguiendo dirección  nor-noroeste  sin trocha, ni senda. En otros seiscientos metros, llegamos a unas trazas de dos ruedas, que seguimos hacia la derecha. Abundan los chaparros, espinos, hierva, y mucho agua. Las trazas se pierden pronto. Seguimos en dirección norte, descendemos un poquito. Giramos a la izquierda para seguir un barranco. Vemos una senda por el barranco, seguimos descendiendo.

En unos ochocientos metros llegamos junto a un arroyo que desciende. Lo seguimos, dejándolo a nuestra izquierda. Enseguida lo cruzamos. Lleva abundante agua, el rumor del agua acompaña nuestros pasos. Observamos un antiguo bebedero hecho con dos troncos de madera. En medio kilómetro, saltamos una valla que cruza  nuestro camino. Poco después, descendiendo, encontramos una trocha que seguimos a la derecha. En setecientos metros, una fuente con abrevadero. Ahora llevamos dirección nor-noreste. Trescientos metros más adelante, encontramos una senda, que seguimos.  Se agradece pues hemos venido monte a través. Vamos ahora llaneando, rodeados de muchos robles.

Ya vamos descendiendo. En unos dos kilómetros, a la derecha, una fuentecita. Muchos acebos, bosque húmedo, robles, temperatura maravillosa. Sigue la lluvia. Senda agradable. En cien metros, otra fuente con un abrevadero. A la izquierda el barranco de la huesa. En unos mil cuatrocientos metros llegamos a un aprisco de ganado y un carril, que seguimos, cruzamos una puerta. En trescientos metros, el carril desemboca en otro, y lo seguimos a la derecha. A la izquierda vemos un portilllo; que conduciría a la CM-3204, junto al Cortijo de los Tribaldos. Nos situamos en la dehesa de la Cañada de los Mojones. El prado es atractivo, valla a la izquierda, el carril es ancho y cómodo. Los pinos son muy grandes. De vez en cuando un camino sale del principal, que seguimos. En algo menos de dos kilómetros, cruzamos una valla, cuya puerta está abierta.

En doscientos metros, cruzamos otra valla; y unos treinta metros después, otra. En setecientos metros, llegamos a una bifurcación, que seguimos a mano izquierda, cruzando un portillo. El camino que llevamos hace una curva a la izquierda, a la derecha se va al balcón de los chorros; visita recomendable. A nuestra derecha se sitúa un vallado para la conservación del hábitat y un portillo con indicación de GR 66. En medio kilómetro, en el Estrecho del Navacico, pasamos otra valla. Al salir, vemos un letrero que indica “Peligro Reses Bravas”, a los que vienen. Nosotros no hemos visto ninguna, sólo restos en la pradera.

La pista forestal poco a poco se ha convertido en una senda intransitable para vehículos. Pasamos por una zona de rocas. El valle queda a la izquierda, se adivina un cortado impresionante, mitigado por la niebla y la lluvia. Seguidamente, la senda poco a poco se va ensanchando, convirtiéndose en un camino ancho o una pista forestal. En dos kilómetros y medio desde la salida de la finca ganadera, llegamos al puerto del Arenal, en el que observamos un panel del GR de los tres calares, una fuente, una balsa circular, otro panel de mirada al río Mundo desde arriba,… Es una zona de recreo, con mesas, dos casetas,…..

Cruzamos el puerto. Vamos a seguir la Cañada de la Almenara durante casi dos kilómetros. Es una pista forestal ancha y cómoda. Al inicio, vemos a la izquierda un aparcamiento para visitar al río mundo. En 2,3 kilómetros desde el puerto del Arenal, llegamos al Campamento Juvenil de San Juan, situado en una agradable zona de pradera y un acogedor bosque de pinos. Abandonamos el campamento por un camino ancho en dirección este-noreste; poco a poco el camino se ha convertido en una senda. En un recodo del camino vemos ya el valle de Riópar, precioso, con el pueblo rodeado de montañas y nubes.

En kilómetro y medio desde el campamento, llegamos a una pista ancha y cómoda (vereda de Bogarra),  que seguimos hacia la izquierda; a la derecha queda El Lagunazo. En unos ochocientos metros, llegamos a otra bifurcación, junto al Cortijo de Pompanares, que seguimos hacia la izquierda. En trescientos metros, se sitúa junto a nosotros el arroyo de Casa Rosa que, en doscientos cincuenta metros, desemboca en el Río de la Vega. Nos situamos junto al río y vemos señales que indican que el GR sigue hacia la derecha. Caminamos junto al Rio de la Vega, que queda a nuestra izquierda, durante algo más de medio kilómetro. Optamos por girar hacia la izquierda para entrar en Riópar, junto al Campo de Fútbol, sobre el arroyo del Gollizo. El GR sube a Riópar más adelante, por el Haza de San Luis, para pasar junto a la plaza de toros.

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Etapa 2 Vado de Tus a Riópar

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Etapa 4 Riópar a Vado de Tus

Etapa 4 Riópar a Vado de Tus

Distancia: 21,83 Km \\\ Ascenso acumulado: 790 m \\\ Descenso acumulado: 917 m \\\ Cota mínima/máxima: 830 / 1595

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Descripción del recorrido 

           Se trata en esta etapa de atravesar el Calar del Mundo, siguiendo el trazado del GR 66 “Sendero de los Serranos”, para unir las localidades de Riópar y Vado de Tus. Vamos a recorrer –en sentido contrario- entera la etapa 6 del GR 66 y parte de la etapa 5 (desde Los Giles hasta Vado de Tus).

            Partimos de la Plaza Luis Escudero, giramos hacia la izquierda por la calle Valencia (carretera CM 412) en dirección sureste. En menos de un kilómetro hemos de girar a la derecha para seguir la carretera de Siles (CM 3204), durante casi otro kilómetro, hasta abandonarla por una pista que surge a la izquierda. A la izquierda queda la piscifactoría; arriba, a la derecha, La Casa de la Noguera. En medio kilómetro se abandona la pista girando a la izquierda, para cruzar el río Mundo a través un aforo (La Viga). Se llega a otra pista que discurre paralela al río y se continúa hacia la izquierda. Enseguida habremos de cruzar por una puerta el cercado que nos encontramos en la pista. A partir de ahora y en un largo tramo, encontramos las marcas del GR, tapadas con pintura negra.  

        Medio kilómetro más tarde, en una explanada en la que se halla la fuente de los Centenares, se abandona la pista a la derecha por una vía de saca, que seguimos y se transformará en una senda que asciende bruscamente un barranco por la ladera del calar del mundo, en dirección sur. Cuando hemos recorrido casi dos kilómetros, llegamos a una senda más clara, que seguiremos hacia la derecha. La subida es una preciosidad, el bosque que nos rodea es húmedo, con abundancia de carrasca. La tierra del suelo -el humus- es húmeda y negra.  

           En algo más de un kilómetro, cuando llevamos recorridos unos seis kilómetros llegamos a un refugio de pastores con corral para el ganado, donde comienza una pista forestal que vamos a seguir en dirección sureste. Hay que tomar precauciones, pues en este punto nos encontramos ganado bravo.

            En kilómetro y medio, en el que recorremos una llanura de espinos, chaparros, algún olmo majestuoso, muy atractivo,  un bosque precioso; llegamos a la Fuente del Espino, también conocida con el Pozo de la Bomba. Está situada en el extremo de un gran polje. Se trata de una surgencia kársticas por donde, en épocas lluviosas, brota el agua que corre a lo largo del polje hasta perderse en un sumidero. Durante las épocas secas se utilizaba una bomba manual para extraer el agua del pozo.

            En la fuente del Espino, se abandona por la derecha la pista forestal, para seguir dirección sur. En trescientos cincuenta metros, cruzamos las marcas de dos ruedas; girando ahora siguiendo dirección sureste, ascendiendo por la senda a través de la Cañada de las Yeguas hasta el collado Argel, donde llegaremos en un kilómetro y medio, cuando llevamos recorrido algo menos de nueve kilómetros y medio. Encontramos un gran mojón de piedras junto a una peña. Desde el collado podremos divisar los picos de la Sarga y Padrón, el Padroncillo, con las antenas, y –a la espalda- el Almenara. El camino toma ahora dirección suroeste y en un kilómetro y medio, en el que se  va viendo el  lecho amplio del arroyo, abajo, que zigzaguea, haciendo meandros y en el que valoramos que debe ser precioso hacer esta etapa en una estación lluviosa; llegamos a la fuente de los Tornajos de arriba, cuyo abrevadero está construido con troncos huecos.

      Desde la fuente vamos a dirigirnos en dirección sur hasta buscar el arroyo de Tus, junto al que vamos a descender por el barranco –dejando el arroyo a nuestra izquierda-, teniendo arriba a la derecha el Calar del Mundo y a nuestra izquierda sucesivamente Loma Pelada, Poyo Alrós y La Molata. Dejamos a nuestra derecha el Puntal de la Encomienda (o de los Simancos).  Nos situamos primero en una pradera deliciosa, con rocas, espinos, muy verde, algún pino aislado (una delicia y un placer). Poco a poco, la pradera se encajona en un cañón rodeado de rocas, y nos metemos en un valle estrecho, que poco a poco va ensanchándose. Llegamos a la aldea de Tus, en casi cinco kilómetros desde la fuente de los Tornajos. Llevamos recorridos casi dieciséis kilómetros.

  Desde Tus, seguimos la carretera bajando a mano derecha, durante algo más de medio kilómetro. La abandonamos por un camino a la izquierda, que se dirige a la Casica. La cruzamos y en otros trescientos metros llegamos a la carretera, que seguimos hacia la izquierda. En unos trescientos cincuenta metros, llegamos a Pedazuelo. Atravesamos la aldea, la carretera hace una curva a la izquierda de ciento ochenta grados y enseguida la abandonamos por una pista que surge a la derecha. En cuantrocientos metros, cruzamos Los Manueles. 

            En algo más de medio kilómetro, llegamos a Los Giles  (en dos kilómetros y medio desde Tus). Desde Los Giles seguimos la carretera, que abandonamos enseguida por la derecha para seguir una pista que nos conduce a La Tobica, Los Chatos y La Tobica de arriba. Desde aquí seguimos en dirección sur, por el Macalón de la Tobica para descender a la carretera, junto al lavadero y la fuente del Cortijo de la Abuela Rosario. Continuamos un poco más para dar por finalizada la etapa en el Vado de Tus, algo antes de cruzar el puente sobre el río Tus.

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Etapa 4 Riópar a Vado de Tus

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Etapa 1 Vuelta al Calar de la Sima

Etapa 1 Vuelta al Calar de la Sima

Distancia: 25,34 Km \\\ Ascenso acumulado: 1229 m \\\ Descenso acumulado: 1208 m \\\ Cota mínima/máxima: 831 / 1826

 

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Descripción del recorrido

          Se inicia el recorrido de la primera etapa del GR Los Tres Calares en el Vado de Tus, siguiendo la carretera en dirección suroeste. En la bifurcación, seguimos hacia la izquierda para cruzar el río Tus y llegar a la aldea de la Moheda en poco más de kilómetro y medio. En algo menos de un kilómetro abandonaremos la pista forestal por la derecha para ascender por una atractiva senda hacia Los Palancares, donde llegamos cuando hemos recorrido unos cuatro kilómetros. Llegamos a una pista forestal, que seguiremos hacia la izquierda menos de cien metros. Estamos frente a la Peña de la Cabeza, curiosa formación rocosa.

            Abandonamos la pista forestal, por una senda que sale por la derecha. Poco a poco la senda se va convirtiendo en un camino ancho. En unos seiscientos metros, un camino ancho se une al nuestro por la izquierda. Seguimos en la misma dirección. En un kilómetro de suave descenso –desde la Peña de la Cabeza- habremos llegado a la carretera A-65, que seguimos hacia la derecha para llegar enseguida a Los Prados. Cruzamos esta atractiva aldea, y salimos por una senda, en dirección sur. En poco más de medio kilómetro, llegamos a una pista forestal, que seguimos hacia la izquierda. En unos cuatrocientos metros, un camino ancho que viene de Arguellite llega a la pista por la izquierda; continuamos por la pista forestal, mientras dejamos a la derecha y en lo alto, sucesivamente, La Cuevecica, Rincón Gallego y Hoya Alta; para llegar al Cortijo del Rincón cuando hemos recorrido algo más de ocho kilómetros y medio. Cien metros antes del Cortijo del Rincón, un camino ancho, sale por la izquierda en dirección a Arguellite.

            En unos trescientos metros, desde Arguellite, un camino asciende por la derecha de la pista. Continuamos por ella. En algo más de medio kilómetro, llegaremos a un cruce importante: por la izquierda abandona la pista forestal, por una senda, el trazado del GR 66, de su etapa cinco, que se dirige hacia Plañel. La vuelta al calar de la Sima, sigue por la pista forestal, en mal estado, con muchas piedras, en suave ascenso, pues hemos de salvar más de setecientos metros pero en más de cinco kilómetros. A la izquierda vemos sucesivamente La Tobica, la Majada de las Mozas y Molata Chica.

            En kilómetro y medio, llegamos a una bifurcación: seguimos por la derecha. Un kilómetro más adelante, en una cuesta abajo, el carril finaliza. Llevamos recorrido doce kilómetros  y se pone fin a la tregua para comenzar a ascender en serio hasta llegar a la Peña del Corral de Piedra, ya en el Calar de la Sima. Es una especie de bifurcación, se coge la de la derecha, junto a un cercado para animales. Seguimos el camino ancho que asciende por el barranco del arroyo de Peña Palomera a la izquierda. En ciento cincuenta metros lo cruzaremos,  en una zona pedregosa y continuamos  ascendiendo en una curva hacia la izquierda. El sendero está bien señalizado con balizas de madera, flechas y marcas de pintura.

El camino es ancho, en continúa ascensión,  desemboca en una explanada pequeña y sigue por la derecha en una pendiente pronunciada. Es una especie de jorro que asciende bruscamente. A continuación, una bifurcación: Seguimos por la izquierda. Se mete el camino en un barranco, con resto de ramas secas, podas del monte, incómodo de transitar. El calar arriba, con la Peña del Corral de Piedra que nos guía. Dejamos el barranco, tomando una senda que sale a mano derecha y que asciende.

Ya hemos ganado cierta altura, y la senda se mete en una zona de rocas muy atractiva. La senda es clara y hay abundante marcas de pintura. Las vistas del valle a la izquierda son impresionantes. En estos momentos, se nos ocurre felicitar a los promotores del GR, por que el trazado es muy atractivo. Casi en el calar, nos sorprende una bandada de pájaros volando a ras del suelo, con ruido que impresiona. La senda, en la parte alta del calar, antes de llegar a la plataforma, tiene un atractivo espectacular. Se transita entre rocas, por lo que hay que tener precaución. Es una etapa de “alta montaña” con mucha piedra suelta, escasa vegetación arbórea y vistas del valle abajo impresionantes. Casi en el calar, una fuente con un tornajo de madera.

Notamos la fuerza del aire característico del calar. La llegada al calar es por un barranquillo, es muy rocoso, una preciosidad. Vamos por una vaguada, ya en el calar, entre  la Peña del Corral de Piedra, a la derecha, y Peña Palomera, a la izquierda. Al llegar al cortao, en lo alto del calar, encontramos una valla que seguimos hacia la derecha. Las vistas de Las Camaricas, abajo, a la izquierda, son impresionantes. Seguimos en dirección norte , llevando el cortado a nuestra izquierda. Y siguiendo el límite de los términos municipales, para llegar a Torca Honda.

En la plataforma, muchas piedras. El camino está marcado por montones de piedra que nos guían a modo de hitos. En lo más alto, llegamos a una especie de repecho o morro o cocota. El Mentiras a la derecha, con sus casi 1.900 metros y una valla a la izquierda. Seguimos en dirección norte. Las piedras se hacen más abundantes, como la pendiente es mayor, es preciso extremar la precaución. Desde la morra, el camino es descendente y transita junto a la valla, unas veces más cerca y otras más lejos.

En doscientos cincuenta metros desde la morra, llegamos a un rincón vallado (la valla sigue hacia la derecha, en ángulo recto) junto a un árbol. Estamos en el Puntal de las Víboras. Saltamos la valla y seguimos hacia la izquierda. Se baja ahora más bruscamente, en dirección a un montón de piedras y un hito de madera del sendero, en dirección noroeste.

Tras unos mil seiscientos metros de continuo descenso, en una explanada, llegamos a las trazas de dos ruedas que cruzamos. En poco más de cien metros, llegamos a la Sima, tras 3.250 metros de calar, desde el collado de Peña Palomera. La sima es una garganta, una cavidad profunda, de paredes verticales. Imagino que es producto de un proceso kárstico de la roca calcárea. No se ve el final. Es atractivo. Hemos recorrido unos diecisiete kilómetros y medio. Nos solazamos, disfrutamos de las vistas y regresamos siguiendo dirección noreste para pasar primero entre los Cerricos de la Lobera y los Corralizos, y luego entre Las Ericas y Las Cañadicas.

Desde la sima se sigue una senda. En poco más de doscientos metrosse llega a un camino ancho, que seguiremos hacia la izquierda.  Como comprobamos –estamos a finales de octubre-, es una zona  de riqueza micológica interesante. Más adelante, encontramos una verja con la puerta abierta. En poco menos de un kilómetro, un camino se une al nuestro por la izquierda. A los 1750 m. de la sima, llegamos a un prado muy bonito, con una construcción  de piedra – El Cuco-. Llegamos a un carril que seguimos hacia la izquierda  y que nos lleva al Cortijo de Pradomira.

Sorprende la cantidad de helechos. Es un helechal, a la izquierda. Algo secos ya. En unos trescientos metros, arriba a la derecha, en las rocas, un aprisco. El camino, en una curva a la izquierda, desciende y nos metemos en una zona de pinos. En el camino las pruebas de ganado vacuno y equino. En otros trescientos metros, llegamos a una bifurcación: a la izquierda se sigue al cortijo de Pradomira. A la derecha, bajando, llegaremos a Collado Tornero en unos tres kilómetros. En doscientos metros,  llegamos a otra bifurcación: seguimos hacia la derecha. En ciento cincuenta metros, llegamos al manantial de Pradomira. Seguimos descendiendo.

Estamos en el Camino de los Voladores, entre el Estrecho del Diablo y el Puntal de Collado Tornero. Transitamos plácidamente durante un kilómetro, hasta que, en un momento dado, el carril, al llegar a un barranco, en una zona de helechos y juncos, se convierte en senda. Y seguimos la senda. Reaparece el carril, pero lo cruzamos y seguimos por la senda de bajada. La senda zigzaguea, en continúo descenso, es muy atractiva. Nos deleitan las vistas del valle del río Tús. Al fondo en lo alto, el calar del río Mundo. Cruzamos un vallado, cuya puerta está abierta, al lado de un barranco. El camino tiene muchos cortes por el agua, hay que intentar seguir la bajada más cómoda, evitando los atajos del agua. En unos mil doscientos metros, desde el inicio de la senda, pasamos junto a los restos de la Tinada de Eulogio, a la derecha.

            Seguimos por la senda medio kilómetro más, para llegar a Collado Tornero. Es un atractivo pueblo. Al poco de pasarlo, cruzamos sobre el barranco del caudaloso Arroyo de Collado Tornero. En doscientos metros pasaremos –por un puente- sobre el río Tús, dejándolo a nuestra derecha. Medio kilómetro más adelante, llegaremos a una bifurcación: por la derecha, por un puente sobre el río Tús con barandillas de madera, viene el trazado de la etapa cinco del GR 66 y el inicio de nuestra vuelta. Seguiremos por la izquierda, para llegar, en menos de ciento cincuenta metros, al Vado de Tús, principio y final de esta más que interesante Vuelta al Calar de la Sima, de más de 25 kilómetros.

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Etapa 3 Vuelta al Calar de la Osera

Etapa 3 Vuelta al Calar de la Osera

Distancia: 29,41 Km \\\ Ascenso acumulado: 1213 m \\\ Descenso acumulado: 1213 m \\\ Cota mínima/máxima: 948 / 1641

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Descripción del recorrido

Partimos de la plaza de Luis Escudero, después de detenernos en una escultura que reza:  “En homenaje y recuerdo a D. Juan Jorge Graubner y a todos los hombres y mujeres que han trabajado en las reales fábricas de bronce de Riópar (1772 – 2010), creando con su trabajo y su vida, el progreso y el futuro de todo un pueblo”. Es un obligado reconocimiento a los orígenes de este pueblo y a la voluntad de un hombre que cambió un pueblo de emplazamiento.

Salimos de Riópar por el Paseo de los Plátanos y la carretera CM-412, que conduce a Riópar viejo y a Alcaraz, Vianos y Paterna del Madera. Todavía en el casco urbano cruzamos sobre el Arroyo del Gollizo, que baja por la derecha.

En poco más de kilómetro y medio, llegamos a Las Casas de las Tablas. A la izquierda de la carretera se va en dirección al Camping Riópar, muy cerca del río Mundo. Giramos a la derecha por una pista forestal, que asciende, abandonando la carretera; paralela al arroyo de la Celada, que queda a nuestra izquierda.

A los dos kilómetros pasamos por el Cortijo del General Martínez Campos. Al mismo terminar el cortijo, la pista hace un giro a la izquierda. Nosotros seguimos por una senda en la misma dirección norte que llevamos, con el arroyo de la Celada a la izquierda. La senda es atractiva, con un antiguo muro de contención a la derecha, abajo el arroyo y sus inseparables chopos altivos. Es un placer oír el rumor del agua abajo, el valle está poblado de multitud de casas aisladas, refugio de muchos amantes de la naturaleza.

A los dos kilómetros y medio, cruzamos el arroyo de la Celada, situándonos en su margen derecha. Seguimos ascendiendo por una senda muy clara, antigua, entre pinos y muy agradable. Sin dejar la senda, el sendero hace un giro de 180 grados y sigue ascendiendo. Pasamos por una zona de juncos, nacimiento de agua que invade el camino. Más adelante, el sendero se convierte en un camino ancho o pista en mal estado, con trazas de dos ruedas, por el que pueden transitar coches. Nos hallamos en la zona de Los Majuelos.

A poco más de cuatro kilómetros, llegamos a una pista forestal muy ancha y en perfecto estado que viene del Gollizo (por la derecha) y sigue a El Villar y a la carretera entre El Noguerón y Riópar Viejo (por la izquierda). La seguimos a la derecha. Algo menos de un kilómetro más tarde, dejamos la pista forestal a mano izquierda, para subir por una senda el barranco de Poyo Papera. La senda está situada junto al arroyo, que queda a su izquierda. Más adelante, a la izquierda del camino, una vieja calera. Pasamos por una zona de juncos. La pendiente es fuerte. Hay pinos resineros.

Cuando llevamos 5.800 metros llegamos a la carretera C-415 (la antigua de Riópar a Alcaraz) y la seguimos a mano derecha, durante 500 metros. La vamos a abandonar por la izquierda, por un camino ancho que asciende con una fuerte pendiente, cuando la carretera toma una curva a la derecha de 180 grados. En cien metros, el camino ancho llega a un pequeño collado y nuestro sendero se convierte en una senda que gira a la derecha y continúa ascendiendo. Pasamos junto a varios mojones de monte público.

A los siete mil ciento cincuenta metros, llegamos al collado de la Dehesa de las Almenaras. A nuestra izquierda, abajo, podemos observar el valle de Riópar. Hemos pasado por una zona de repoblación de pinos. La dehesa es muy atractiva, de prado y espinos. A nuestra derecha una valla. Pasamos junto a un pozo antiguo, a nuestra izquierda. A los siete kilómetros y medio llegamos a una antiguo camino ancho que viene desde las ruinas del Cortijo de Miguel Serrano, a nuestra izquierda, y baja hacia el valle. Nos detenemos a visitar las ruinas de este antiguo cortijo.

Continuamos en dirección norte, la alambrada sigue junto a nosotros, a la derecha. Nos encontramos en una llanura. Nuestro sendero se une al río Endrinales, que baja desde las almenaras y en este llano sigue dirección este. Seguiremos juntos casi kilómetro y medio, pues ahora vamos a subir por un barranco, junto al río, en dirección noroeste. Es una vaguada muy atractiva, con rocas y chaparros. Cruzamos el río varias veces, situándonos a uno y otro lado, con una senda a veces poco clara.  Pero no hay pérdida, hay que seguir la dirección noroeste, en dirección al Cordel del Almenara, frente a nosotros.  Cuando hemos recorrido 9.400 metros, el barranco se bifurca a izquierda y derecha en dos direcciones: el río Endrinales viene por la izquierda, en dirección oeste; nuestro sendero sigue ascendiendo a la derecha, en dirección norte.

Siguiendo por el mismo barranco llegaremos a una pista forestal, justo al collado, en la base del Almenara. Nuestro sendero se une al recorrido del sendero PR AB-32 “Sendero del Tejo Viejo”, que por la derecha se dirige hacia la Lagunilla y por la izquierda hacia la fuente del Pino de los Muchachos, el barranco del Ciervo y finalmente el Cortijo de Tortas. Seguimos hacia la derecha, con Cuerda Larga, arriba a la izquierda, descendiendo suavemente durante unos tres kilómetros. Llegamos a una bifurcación de pistas forestales: si siguiéramos hacia la derecha llegaríamos a Las Espineras; continuamos hacia la izquierda. Ochocientos metros más adelante, por la izquierda sale una pista en peor estado, por la que sigue el PR AB-32 “Sendero del Tejo Viejo”. Seguimos de frente, para llegar a la Lagunilla en unos doscientos metros. A la derecha encontramos el Refugio de La Lagunilla y el camino que se dirige hacia Riópar.

Siguiendo por la pista forestal, llegamos en menos de dos kilómetros a La Lagunilla, dónde nace una fresquísima fuente y se encuentra una zona de recreo. La pista se bifurca: hacia la izquierda seguiríamos hacia Paterna del Madera; seguimos hacia la derecha, ascendiendo ahora. En un kilómetro, en un alto del que salen dos trazas de ruedas a la izquierda, a la derecha surge una senda que en medio kilómetro nos subirá hasta el calar de la Osera para visitar la Cueva de la Osera. Es una opción que nos retrasará sólo un kilómetro, merece la pena.En un kilómetro y medio, tras pasar por una fuente junto al camino, llegamos a la aldea abandonada de El Encebrico. Aquí el camino gira hacia la derecha y sigue dirección sur. Vamos a seguir, durante un tramo, el recorrido del PR AB-24, que desde Paterna del Madera, se dirige hacia la Cañada del Provencio.

Seguimos una senda clara que desciende casi dos kilómetros hasta la carretera AB-415, que seguimos hacia la derecha. A la altura del punto kilométrico 184, la abandonamos por la izquierda para cruzar el río Endrinales por el Toril y comenzar una suave ascensión. En poco más de un kilómetro llegamos a la Peguera y la senda acaba en una pista forestal. Hacia la izquierda sigue en dirección al Pino Gordo del Toril y la Cañada del Provencio. Nosotros la seguimos hacia la derecha, en dirección suroeste, por el trazado del AB-35 “Crucetillas al Encebrico”.

Llevamos veintiún kilómetro y medio y se agradece ahora la suave llanura que atravesamos. En un kilómetro, llegamos al Refugio del Manojal, otro de los refugios de la Red de Senderos Verdenace. En algo más de un kilómetro llegaremos al Cortijo del Manojal. Desde aquí vamos a seguir el trazado del PR AB-23 “Paterna del Madera a Riópar”. Descendemos el barranco del Gollizo durante dos kilómetros por una senda clara, hasta llegar, al poco de pasar el Cortijo de la Limomera, a una pista forestal que seguimos hacia la izquierda. Enseguida la pista se asfalta y pasamos por la aldea del Gollizo. Medio kilómetro más adelante, dejamos la carretera por la derecha, para seguir una senda que desciende hasta llegar –en un kilómetro más-  al punto de partida.

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