Etapa 4 – Letur a Vizcable (La Molata)

Etapa 4 – Letur a Vizcable (La Molata)

Distancia: 25,80 Km \\\ Ascenso acumulado: 421 m \\\ Descenso acumulado: 319 m \\\ Cota mínima/máxima: 680 / 865

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

Perfil

Descripción del recorrido 

Se comienza la cuarta etapa en la plaza mayor, donde está situado el Ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción, y dejando el arroyo de Letur a nuestra izquierda, tomamos el camino de San Antón, en dirección sur. Junto al arroyo recorremos algo más de medio kilómetro, hasta llegar a un cruce en el que el camino de la derecha está indicado como “Antiguo camino a Yeste. Puente Medieval”. Lo seguimos para llegar al barrio de San Antón, a la carretera A-45 – que se dirige a Nerpio y a la Dehesa-, que seguimos hacia la derecha.

En trescientos metros, desde que dejamos San Antón, a la derecha una gran casa familiar vallada. Doscientos metros más adelante, pasamos entre una gasolinera –a la derecha- y una fábrica de quesos y productos lácteos ecológicos –a la izquierda-. A los mil setecientos cincuenta metros, frente al cementerio –a la izquierda-, abandonamos la carretera por un camino que surge a la derecha, una pista asfaltada en dirección oeste, con la indicación “Ruta del puente medieval. Antiguo camino a Yeste”. Cuando hemos recorrido algo más de dos kilómetros, a la derecha queda una granja de cerdos.

Trescientos metros más adelante, el camino asfaltado gira la derecha para dirigirse al Llano de la Vida y a la unión del río Taibilla con el Segura. Nosotros seguimos de frente por una pista de tierra en la misma dirección que llevamos, rodeada de campos de almendros. De este camino principal, de vez en cuando, salen caminos a izquierda y derecha, en peor estado, para dirigirse a los huertos próximos. Seguiremos el camino ignorándolos.

A los tres kilómetros el sendero comienza a descender. Al frente, a la derecha, podemos observar la Peña Macalón. Cien metros más adelante, un camino sale a la derecha; seguimos de frente. Cuando llevamos tres kilómetros y medio, llegamos a una bifurcación: debemos seguir hacia la izquierda para cruzar la rambla para seguir el trazado original. El camino de la derecha es de nueva construcción, para evitar la rambla. Un quilómetro y medio más adelante, se unirá a nuestro sendero. Ahora cruzamos la rambla del Charco del Mulo, para dejarla a nuestra derecha. Seguiremos juntos más de dos kilómetros, en una orilla o en otra de la rambla.

Trescientos metros más adelante, en el lecho de la rambla hay una bifurcación. Debemos de seguir por la izquierda, junto a la rambla. Enseguida veremos, al otro lado de la rambla, arriba en lo alto, las ruinas de una edificación. Caminamos ahora junto al lecho del arroyo, por su margen izquierda. El camino también se sitúa en el mismo lecho de la rambla. Dejamos el lecho a la derecha y el camino asciende algo. Cruzamos de nuevo el arroyo, que ahora queda a nuestra izquierda. Nos situamos de nuevo en el lecho de la rambla. Cuando hemos recorrido cinco kilómetros, otra bifurcación en el lecho de la rambla: el de la izquierda se dirige a la Cañada del Mulo; seguimos el de la derecha.

A los cincuenta metros de esta última bifurcación, el sendero se ha unido a la pista forestal que llevábamos arriba a la derecha. Unos trescientos cincuenta metros más adelante,  cruzamos de nuevo la rambla del Charco del Mulo. Cien metros más adelante, otra bifurcación: seguimos a la derecha, bajando hacia el arroyo en unos pocos metros, para cruzar el Arroyo de Agua Vieja sobre un puente medieval, para comenzar el ascenso.

El sendero transcurre cómodamente por una pista forestal. A nuestra derecha, va quedando la Peña Macalón. A los setecientos metros, por la derecha sube y se une al nuestro otro camino que procede de la Solana de la Muela y del Llano de la Vida.  Cuando hemos recorrido siete kilómetros vamos viendo a lo lejos, a la derecha, los cortijos de La Alberquilla; y a la izquierda, junto al camino, pasamos junto a una balsa de riego de forma circular. A la izquierda del camino, monte y pinar; a la derecha, olivar. Pasamos un vallado, a través de una puerta. Más adelante, un camino se une al nuestro, por la izquierda. En cincuenta metros llegamos a la cortijada de La Alberquilla.

Sesenta metros más adelante, en la misma puerta de la finca, llegamos a una bifurcación. Ambas opciones desembocan en la carretera. Preferimos tomar el camino de la izquierda, para caminar menos sobre el asfalto. Doscientos cincuenta metros más adelante, otra bifurcación: la de la derecha lleva a la carretera en el mismo punto que la opción anterior. Seguimos por la izquierda, para llegar a otra bifurcación en ciento cincuenta metros; que debemos seguir a la derecha por el camino en peor estado, para subir una cuesta a través del Cerro de los Enjambres.

 Llegamos a la carretera, para girar a la izquierda y caminar por ella durante casi kilómetro y medio. A la derecha, campos de trigo, una nave agrícola y un pequeño cortijo, algo más alejado. A la izquierda, campos de almendros y olivares. A los diez kilómetros exactos, a la derecha de la carretera sale el camino –ahora asfaltado- de servicio de la Mancomunidad de Canales del Taibilla, que vamos a seguir sin dejarlo, hasta el final de esta etapa, ignorando los caminos que de éste salgan. El Canal del Taibilla es una construcción hidráulica de abastecimiento para Murcia y Cartagena, de las aguas provenientes de Nerpio.

Pasamos por el mojón del kilómetro 32. Faltan quince y medio para llegar a la Molata. A la derecha, al fondo, podemos ver ya La Dehesa. Más adelante, junto al camino, a la izquierda,  la Casa de la Herrada. El camino es de muchas curvas, ya que es antiguo y se ajusta a las ramblas. Junto al mojón del kilómetro 31, una balsa de agua del cercano nacimiento de la Fuente de la Herrada y del barranco de la Dehesa, a la izquierda del camino. Junto a ella, una pista que asciende hacia el monte. Un kilómetro, más adelante, llegamos al Caserío de los Balcones y encontramos una bifurcación: del nuestro, un camino asfaltado sale a la derecha y se dirige a la Dehesa.

Ochocientos metros más adelante, pasamos junto al cementerio de la Dehesa, a la derecha del camino. Más adelante, un camino asfaltado, se aparta a la derecha para dirigirse al cortijo de la Tejera. Más adelante, pasamos junto a abandonado Molino Albergue de Ceniche, a la derecha del camino.

El camino transita por la ladera, y a la derecha se va abriendo el amplio valle del Taibilla, con numerosos y diseminados núcleos de población. Constantes de este camino son: los carteles de Paso de Ganado, las numerosas ramblas que salvamos sobre puentes casi centenarios y los acueductos que salvan los desniveles del terreno para el paso del agua del Canal del Taibilla. Cuando llevamos diecinueve kilómetros, a la derecha, la Almenara nº 4 Mina Los Riscos. Abajo las aldeas de la Casa de Don Martín y las Casas de Pedro Tomás.

Al pasar el mojón del kilómetro 18, pasamos por las Casas del Alto, que podemos ya considerar parte del conjunto de núcleos de población conocido como Vizcable. En algo más de un kilómetro llegamos a La Molata, posiblemente el núcleo de mayor población, donde daremos por finalizada nuestra etapa en La Casilla del Almez, encantadora casa rural donde descansar. Muy cerca, a la izquierda y sobre el camino, observamos el torreón árabe. Hemos recorrido 25,8 kilómetros

 
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Etapa 3 Férez a Letur

Etapa 3 Férez a Letur

Distancia: 12,02 Km \\\ Ascenso acumulado: 288 m \\\ Descenso acumulado: 233 m \\\ Cota mínima/máxima: 649 / 897

 

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Perfil

Descripción del recorrido 

Se inicia esta tercera etapa en la Plaza Mayor de Férez, donde se ubican el Ayuntamiento y la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Por la calle Mayor nos dirigimos hacia la plaza del Pilar y desde allí, por la calle Cantarería, abandonamos el pueblo, junto al Parque de la Quebrada, a nuestra derecha. Bajamos la cuesta hacia el arroyo de la Mora, que cruzamos sobre un puente. Subimos hacia la carretera CM-3257, que a la derecha se dirige hacia Elche de la Sierra, y la cruzamos. Tomamos un camino que ha estado asfaltado, quedando ahora sólo los restos del asfalto. Al frente, a la derecha, vemos la Sierra de la Solana.

Pasamos junto a una casa y a un mojón de piedra con una cruz y grabado “Santa Bárbara”. Cuando llevamos casi un kilómetro llegamos a una bifurcación: seguimos el camino de la izquierda. Ciento cincuenta metros más adelante pasamos junto al Vertedero Municipal, a nuestra derecha. Cien metros más adelante, otra bifurcación: la de la izquierda asciende, nosotros seguimos por la derecha, bajando, rodeados por campos de olivos y almendros. En cuatrocientos metros, un camino se une al nuestro por la izquierda. Seguidamente pasamos una rambla. Al frente se ven, sobre una loma, las Casas de Quilós, hacia donde nos dirigimos.

Ciento veinte metros más adelante, cruzamos otra rambla. En doscientos metros, otro camino sale del nuestro y se dirige a la izquierda, arriba, hacia los olivos. En unos trescientos metros más adelante, cruzamos una rambla y comienza el ascenso. Cien metros más adelante, una bifurcación: seguimos a la izquierda. Inmediatamente otra bifurcación: seguimos a la derecha. Ascendemos hacia las Casas de Quilós, donde llegamos en unos doscientos metros. Cien metros más adelante cruzamos sobre una acequia, que queda a nuestra izquierda. A la derecha, una casa de labor vallada. Cincuenta metros más adelante, llegamos a una bifurcación: hacia la derecha se desciende, seguimos hacia la izquierda, ascendiendo; pasamos junto a una balsa de riego de forma irregular y frente a ella, una cueva. Llevamos recorridos unos 3.200 metros.

Unos 350 metros más adelante nos hemos situado en un collado. A la derecha un camino que ignoramos; de frente se observa ya la aldea de la Abejuela, donde llegaremos en unos doscientos metros. Contemplamos la Ermita de San Bartolomé y, dejándola a nuestra espalda, bajamos a la carretera,. Bajamos por una rampilla, entre dos muros de hormigón. Llegamos a una calle que seguimos a la izquierda. Siguiéndola, se inicia el camino, custodiado por unos árboles a nuestra derecha y a nuestra izquierda un campo de fútbol. Otro camino que también viene de la Abejuela, se une al nuestro. Más adelante, una casa de labor.

Cien metros más adelante, llegamos a una bifurcación: seguiremos a la derecha. Pasamos junto a una casa, que queda a nuestra izquierda. En otros ciento cincuenta metros, otra bifurcación que seguimos a la derecha. Pasamos junto a una casa que queda a nuestra izquierda y encontramos nogueras a izquierda y derecha. En otros ciento cincuenta metros, otra bifurcación que seguimos a la izquierda; a la derecha del camino un muro de piedras antiguo.  Cien metros más adelante, el camino de los arrieros se une al nuestro por la izquierda.

En unos 60 metros abandonaremos la pista por la izquierda. De frente la pista se bifurca y más adelante una instalación ganadera. Pasamos, campo a través, sobre un murete de piedras y vamos buscando la valla de la instalación ganadera, que seguiremos hacia la izquierda, pasando junto a un campo de almendros. Siguiendo la valla, que queda a nuestra derecha, hacemos una curva a la derecha de 90 grados. Doscientos cincuenta metros desde la curva, la valla a nuestra derecha se ha acabado. Seguimos la dirección que traíamos para dirigirnos a la rambla que vemos, a nuestra derecha, pasando entre unos pinos y un sembrado. Encontramos una senda, que circula paralela a la rambla. Vamos subiendo la Cuesta de la Abejuela, en dirección oeste-suroeste.

La senda se va haciendo más clara, tomando la apariencia del camino antiguo que unía las localidades de Férez y Letur. Hemos recorrido 1.150 metros desde el final de la valla de la instalación ganadera, cuando llegamos a una pista forestal, que seguimos hacia la izquierda. Pasamos entre unos pinos, a la izquierda, y un campo de almendros, a la derecha. Quinientos metros más adelante, otra bifurcación: seguimos hacia la izquierda, atravesando un sembrado. En unos 150 metros, otra bifurcación: seguiremos hacia la derecha, girando bruscamente. Enseguida, otro camino a la izquierda, que obviamos. Enseguida encontraremos, a izquierda y derecha de la pista, los mojones de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla.

Doscientos metros más adelante, otra bifurcación: seguimos a la derecha. En unos ochocientos metros, un camino pequeño se une al nuestro por la derecha. En menos de doscientos metros llegaremos a una importante bifurcación. Llevamos recorridos 8.700 metros. Aquí es donde planteamos dos opciones. Ambas están señalizadas y ambas son atractivas. Preferimos la primera opción por dos razones: es la más corta (1,5 kilómetro menos) y asciende a Letur junto a la rambla.

 Opción A

Tras dejar el punto de separación con la opción B, el camino gira a la izquierda y encontramos una bifurcación: seguimos a la derecha, descendiendo. Más adelante el camino toma una curva a la derecha y pasamos junto a campos de almendros, a la izquierda. También encontramos restos de muros de tinás de ganado. Arriba, a la izquierda en lo alto, divisamos antenas de telecomunicaciones. Seguimos viendo mojones de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.

Pasamos junto a los restos de dos casas, a la izquierda. El camino ha sido invadido por la labranza del campo de almendros de la izquierda. Seguimos por la misma dirección que traíamos, por el linde, junto al monte. Divisamos Letur al fondo. Pasamos entre dos casas, algo retiradas, un camino viene por la derecha y seguimos descendiendo. Pasamos sobre una acequia. Observamos en la ladera de la izquierda las dos opciones para llegar a Letur. Llegamos a la pista asfaltada (opción B), bajamos hacia la rambla, a la izquierda.

Al mismo cruzar la rambla, seguimos por el camino de la derecha,  descendiendo junto a la rambla, dejando a la izquierda lo que proponemos como opción B. Es un camino cómodo, agradable, con el barranco a la derecha, exuberante vegetación, con la ladera a la izquierda y unas vallas de protección por la derecha. Pasamos junto a un corral. Es por aquí por donde corren los toros en las fiestas. Es constante el rumor del agua de las acequias, a izquierda y derecha.

A nuestro camino se le une otro que asciende por la derecha. Más adelante cruzamos la rambla, dejándola a la izquierda. Llegamos a una explanada, debajo del pueblo. Es aquí donde se monta la plaza de toros para las fiestas. Un camino a la derecha también sube al pueblo. Nosotros seguimos de frente. Subimos el último repecho por la calle empinada de la Cuesta de los Molinos, que debe su nombre a los tres molinos harineros que ya existían en el siglo XVI. El agua proveniente de los nacimientos de las fuentes, se encauza por una acequia o malecón y se utilizaba como motor para girar las grandes piedras y moler el grano. Giramos a la derecha para entrar en la Plaza Mayor, donde se ubican el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial del siglo XV. Hemos recorrido 11 kilómetros.

Opción B

Algo más de trescientos metros después, llegamos a un cruce de cuatro caminos. Uno,  que viene en nuestra misma dirección, se une al nuestro por la derecha y vemos otros dos de frente, seguiremos el de la izquierda. Al fondo ya divisamos Letur. En otros trescientos metros pasamos junto al Cortijo del Barranco de los Valones, a nuestra derecha. Aquí encontramos una bifurcación: seguimos a la derecha. En unos cien metros, el camino gira bruscamente a la izquierda y junto a nosotros, también a la izquierda, una casa decorada artísticamente. En algo más de cien metros de descenso, llegamos a una pista asfaltada, que seguimos hacia la izquierda.

Pasamos junto a una casa, a la derecha, con una valla. En algo más de trescientos metros, a nuestro camino se une por la izquierda el camino por el que trazamos la opción A. Enseguida cruzaremos una rambla y llegamos a otra bifurcación: por la derecha sigue la opción A, descendiendo junto a la rambla. Nosotros seguimos por la izquierda. La pista asfaltada transita junto a acequias y huertos.

Llegamos a la Era de Rosal, por la calle Huerta de la Mina. Giramos a la derecha para dirigirnos al casco histórico del pueblo, junto al arroyo de Letur, bien canalizado a nuestra izquierda. Bajamos por la avenida de la Guardia Civil. Cruzamos el arroyo. Y por la calle Moreras y luego la calle Aurora, llegamos a la Plaza Mayor, donde se ubican el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial del siglo XV. Hemos recorrido algo menos de doce kilómetros y medio. 

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Etapa 2 – Férez – Socovos – El Cañar – Pantano del Cenajo

Etapa 2 – Férez – Socovos – El Cañar – Pantano del Cenajo

Distancia: 20,21 Km \\\ Ascenso acumulado: 230 m \\\ Descenso acumulado: 488 m \\\ Cota mínima/máxima: 436 / 807

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

Perfil

Descripción del recorrido 

Desde la Plaza Mayor, donde se halla el Ayuntamiento y la Iglesia de Ntra. Sra. De la Asunción,  bajamos por la calle de la Orden hasta la calle Nueva, donde tomamos la calle Valentín Ramírez Perea hasta bajar al Consultorio Médico. A la izquierda sigue la Avda. de Híjar. De frente, por una pista asfaltada, se inicia el camino de Socovos, pasando junto al colegio Ntra. Sra. Del Rosario y, a continuación, unas pistas polideportivas (que quedan a nuestra izquierda). Enseguida pierde el asfalto, pasamos entre unos pinos a la izquierda y un viejo muro de piedras cubierto de manto vegetal, a la derecha.

 Al mismo acabar las pistas polideportivas, a la izquierda sale un camino. Seguimos de frente, por el camino principal. A continuación, por la derecha baja un camino asfaltado, cortado por una cadena. Seguimos de frente. A los seiscientos metros, a la izquierda, junto al camino, una casuta de dos plantas. Enseguida llegamos a un cruce de caminos, obviamos el de la izquierda y el de frente, para seguir el camino de la derecha, que asciende. A otros cuarenta metros, un camino sale a la derecha para dirigirse hacia una casa que vemos; seguimos de frente.

Pasamos junto a una casa de labor agrícola –La Puentecica-, a la derecha, y subimos hacia la carretera, a la que llegamos en unos cien metros. En la carretera, una construcción grande, cuya pared reza “Aceitunas y productos Cabañuela”. Seguimos la carretera hacia la izquierda unos ciento cincuenta metros. Dejamos la carretera por un camino a la izquierda con la indicación “Los Pradillos de Abajo”, girando 180 grados. Al llegar a la finca Los Pradillos, una atractiva casa rural, en su entrada surge a la derecha una pista forestal que tomamos.  Enseguida, a la izquierda, surge otro camino que se dirige a unas pistas deportivas anexas a Los Pradillos. Seguimos de frente.

Enseguida llegamos a una bifurcación, junto a una casa de bloques a la derecha. Hemos de ignorar el camino de la izquierda y seguimos de frente. Cuando llevamos casi dos kilómetros, a la derecha surge el camino que se dirige hacia el Cortijo de La Tejera, con un nacimiento de agua. Antiguamente aquí se fabricaban tejas, actualmente se ha reconvertido en unas atractivas casas rurales. Seguimos de frente por un camino ancho, carretero, que llanea entre campos de olivos y de almendros, con la carretera a la derecha. Más adelante salen, uno tras otro, dos caminos anchos a la izquierda que obviamos.

Unos ciento veinte metros antes de la carretera, que vemos adelante, sale un camino a la izquierda que se dirige a unas suertes aterrazadas en una loma. Seguimos hacia la carretera A-13, que seguimos unos cien metros hacia la izquierda. De frente, al otro lado de la carretera una Almazara “Ntra. Sra. de la Asunción”. Abandonamos la carretera a la derecha, por una pista asfaltada junto a la valla de la almazara. A nuestra izquierda, unos campos de almendros. En unos cien metros llegamos a un altiplano, con un cruce de caminos, seguimos el de la derecha. Al frente observamos ya Socovos. A nuestra espalda, más lejos, Férez.

Entramos en Socovos por la calle Calvario, junto al Colegio León Felipe y al Instituto de Educación Secundaria nº 1, a nuestra izquierda. Tras cruzar varias calles llegamos, a la izquierda a la Plaza de la Villa, donde está situado el Ayuntamiento. La abandonamos a la izquierda, por la calle Toril, paralela a la que traíamos, en dirección contraria. Llegamos a la plaza donde corren los toros y giramos a la derecha por la calle Nueva. Por la primera calle –llamada Hospital- giramos a la izquierda, ascendiendo. Al final de la cuesta, llegamos a la calle de los Santos Felipe y Santiago y giramos a la derecha.

La pista asfaltada lleva dirección este. A la derecha un chalet, con unos cipreses detrás. A la derecha, campos de olivos y a la izquierda, campos de almendros. A los cinco kilómetros, el asfalto se acaba en una bifurcación. Seguimos la pista de la izquierda en dirección norte, con un pinar joven a la derecha. Unos cien metros más adelante, otra bifurcación, que seguimos a la derecha. Estamos en una loma y a la izquierda, abajo observamos Férez. En otros cien metros llegamos a un cruce de caminos, seguimos el de la derecha, en dirección noreste.

Casi a los seis kilómetros, otra bifurcación, seguimos de frente izquierda. Cien metros más adelante, otra bifurcación. Seguimos a la izquierda para meternos en un pinar, descendiendo. Encontramos una cadena que impide el paso de vehículos, no el nuestro. A los cuatrocientos metros, otra bifurcación: seguimos a la derecha. Otros doscientos metros más adelante, otra bifurcación: seguimos a la derecha. En otros cuatrocientos metros, otra bifurcación: seguimos a la derecha. Debemos seguir la pista forestal durante otros casi quinientos metros, para abandonarla a la izquierda por una senda perdida, sin marcas de pintura al inicio. ES IMPORTANTE SEGUIR EL TRACK (EL RECORRIDO QUE MARCA EL GPS) PUES POR UN MOMENTO SE PIERDEN O CONTRADICEN LAS MARCAS DE PINTURA.

En unos trescientos o cuatrocientos metros la senda va a verse más claramente y la seguimos descendiendo. A la izquierda, en lo alto, el Puntal de Cueva Higuera. A veces la senda se convierte en una torrentera. Al final llegamos a una pista forestal, que debemos seguir a la derecha. En menos de un kilómetro llegamos a la carretera que se dirige hacia El Cañar. Antes, otra cadena corta el paso de vehículos, imaginamos serán cotos privados de caza. Seguimos la carretera hacia la izquierda. A nuestra espalda, a lo alto, en la derecha, se observa Cueva Higuera. En unos ochocientos metros, abandonamos la carretera por una pista que sale a la derecha, en dirección éste entre campos de almendros.

En algo más de un kilómetro, un camino sale a la izquierda y se dirige a dos construcciones, junto a un pinar. Debemos seguir la misma dirección que llevamos, obviando los caminos que surgen a izquierda y derecha, hasta el kilómetro 12,5 cuando llegamos a las Casas del Arroyo. Un camino se une al nuestro por abajo, por la derecha y giramos a la izquierda. Cien metros más adelante, giramos a la derecha. Por la izquierda otro camino viene desde otra casa. En algo más de cien metros, llegamos a una bifurcación. Seguimos a la derecha haciendo una curva. En menos de cien metros, otra bifurcación que seguimos a la izquierda por una atractiva pradera. En unos doscientos metros, otra bifurcación: seguimos el menos claro de la izquierda. A la izquierda, prado; y a la derecha la vaguada del arroyo de Benizar.

Doscientos metros más adelante, tomamos un camino a la derecha para bajar al arroyo de Benizar. No lo cruzamos y lo seguimos a la izquierda. Enseguida lo abandonamos para subir una loma por una senda y evitar el paso estrecho junto al río. En lo alto ya observamos al fondo, entre los pinos, las casas del Cañar. Descendemos del nuevo hacia el arroyo, cruzamos una acequia y bajamos por unas escaleras hacia una explanada agradable, una zona de recreo. Seguimos por un camino ancho, junto al arroyo –a la derecha-, entre cañaverales durante unos agradables 1.500 metros, aunque demos un rodeo. En una bifurcación también podríamos subir antes hacia las casas del Cañar. Preferimos seguir junto al arroyo, con El Cañar, arriba a la izquierda.

Abandonamos el arroyo de Benizar, en un giro de 180 grados, por una pista que sube hacia la carretera, a las últimas casas del Cañar, con bungalows y casas de recreo, junto a un pinar. Es agradable. Seguimos la carretera hacia la derecha, para llegar, en unos 700 metros al Camping Turístico El Cañar. Podemos dar ya por finalizada la etapa, cuando llevamos algo más de 17 kilómetros. Nosotros preferimos, tras refrescarnos en esta atractiva zona de recreo, volver a la carretera para visitar el Pantano del Cenajo.  Unos cuatrocientos metros después, abandonamos la carretera por una pista que sale a la derecha. Seguimos la pista unos dos kilómetros y medio hasta llegar a las aguas del pantano, que este año están muy crecidas. Finalmente, habrán sido poco más de 20 kilómetros de atractivo sendero.

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Etapa 1 – Tramo 2 – Rincón del Río a Férez

Etapa 1 – Tramo 2 – Rincón del Río a Férez

Distancia: 8,47 Km \\\ Ascenso acumulado: 336 m \\\ Descenso acumulado: 92 m \\\ Cota mínima/máxima: 429 / 677

 

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Descripción del recorrido

Iniciamos este segundo tramo en el Rincón del Río, en el lugar donde desemboca el arroyo del barranco de Collado Alto. Subimos una cuesta por una pista forestal. En 550 metros llegamos a las ruinas de un cortijo o corral. Abajo, a nuestra izquierda, el barranco del arroyo de los Gonzalos, al que nos acercamos, para vadearlo cuando llevamos 1.400 metros, para seguir junto a otro barranco. Enseguida pasamos por un paso angosto y el camino se estrecha.

Cuando llevamos 2 kilómetros llegamos a una bifurcación señalizada. El camino de la derecha, más claro, es para vehículos. Seguimos por la izquierda, que es paso peatonal, y transita junto al arroyo, cruzándolo a uno y otro lado, y transitando a veces por su lecho; además de que fue el que se marcó como ruta del GR. Es un camino antiguo, a veces encontramos un muro de piedras a su izquierda. Ambas opciones nos valen, ya que se van a unir en un kilómetro, en la Fuente Carrasca.  

En el kilómetro tres, llegamos a Fuente Carrasca y por la derecha viene la opción (para vehículos) que dimos antes. A continuación, una bifurcación. Por la derecha también llegaríamos a Férez. Nuestro camino sigue por la izquierda, ascendiendo. Cien metros más adelante, por la izquierda viene un camino que se une a la pista que seguimos, a veces junto a viejos muros de piedra, a su izquierda. Unos cuatrocientos metros más adelante, llegamos a la Casa de la Mina, situada en una llanura, con campos de olivos que enmarcan nuestro camino. Unos ciento cincuenta metros después, surge un camino a la izquierda, en peor estado, seguimos de frente.

A los 4.150 metros, pasamos junto a una casa, a la izquierda del camino. Junto a su puerta un letrero que pone “Cortijo la Mina. 1989”. A su vera, campos de almendros y toda clase de flores silvestres. El camino asciende, para llegar en unos cuatrocientos metros, a un collado. En él, un cruce de caminos. Seguimos de frente, en la misma dirección que llevamos. En poco más de cien metros, llegamos a una bifurcación. Se pueden tomar las dos opciones. Aunque nosotros recomendamos la que surge a la izquierda, en dirección al Cegarrón, por cuya ladera pasaremos, mucho más corta. La de la derecha da un rodeo grande para unirse poco después a nuestro camino, pasando antes por la Casa de los Gonzalos.

A la derecha, se observan unos cortados, una depresión que hace el terreno, asemejando un cañón. A unos setecientos cincuenta metros, pasamos junto a una casa, a la izquierda, y otras a la derecha, algo más lejanas. El camino desciende bruscamente hacia el arroyo del Lentiscar, cuando se une con el arroyo de Los Gonzalos. A la izquierda, se observan unos atractivos restos de acueducto. Vadeamos el arroyo del Lentiscar, llegamos a un carril (por donde vendríamos de haber tomado la opción mencionada antes) y lo seguimos a mano izquierda. Cruzamos el arroyo de los Gonzalos sobre un puente. Circulamos paralelos al arroyo. En unos trescientos metros desde que tomamos este carril, por la izquierda baja un carril que se une al nuestro.

En total hemos cruzado cuatro veces, sobre un puente, el arroyo de los Gonzalos. A los 6.350 metros llegamos a las ruinas del arroyo viejo. A la derecha una zona de recreo. También figura un cartel sobre la Sierra de Alcaraz y de Segura y los cañones del Segura y del Mundo y las Zonas de Especial Protección de Aves. Poco antes se han unido el arroyo de la Abejuela –a la derecha- y el de la Mora –a la izquierda-, para formar el arroyo de los Gonzalos.  Iniciamos un repecho. Pasamos junto a otro panel informativo, en este caso de la Confederación Hidrográfica del Segura, sobre la flora de la zona. A la derecha, observamos algo alejado, el corral donde encierran los toros que corren en las fiestas.

A unos doscientos cincuenta metros desde el Molino Viejo, llegamos a una bifurcación y comienza el asfalto, que no dejaremos hasta llegar a Férez. A la derecha llegaríamos a la carretera de Elche de la Sierra a Férez. Seguimos de frente izquierda, subiendo por un repecho. Ignoramos los caminos que surgen a izquierda y derecha. Pasamos junto a una pequeña construcción de bloques de hormigón. Poco antes de llegar al cementerio, un camino a la derecha nos llevaría a las Hondonadas. A la derecha, juntos, el cementerio nuevo y el viejo. El camino se ve enmarcado por muros a derecha e izquierda. Es por aquí por donde suben los toros en los encierros. Más adelante, corral de ganado a la izquierda. A la derecha, unos cipreses junto al camino.

Subimos al pueblo de Férez. A la izquierda, el mirador de las Eras y un cartel indicador del GR 68, señalando nuestro punto de partida de este tramo, El Rincón del Río. Por la calle Eras, nos dirigimos a la Plaza Mayor, tras pasar por la Plaza Corredera.

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Etapa 1 – Tramo 1 – Elche de la Sierra al Rincón del Río

Etapa 1 – Tramo 1 – Elche de la Sierra al Rincón del Río

Distancia: 19,46 Km \\\ Ascenso acumulado: 328 m \\\ Descenso acumulado: 536 m \\\ Cota mínima/máxima: 432 / 692

 

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

Perfil

 

Descripción del recorrido

Comenzamos este primer tramo de la primera etapa del GR 68 “Circular de la Sierra del Segura” en la plaza de Ramón y Cajal, donde está situado el ayuntamiento de Elche de la Sierra, desde allí nos dirigimos hacia la Plaza Vieja, por la calle Lonja. Pasamos junto a la iglesia de Santa Quiteria. Llegamos a la Plaza Vieja, donde encontramos un pilar decorado con motivos antiguos y taurinos. Seguimos por la calle Plaza Vieja en dirección sur.

Bajamos por el camino del Puente Royo, se encuentra encementado, rodeado por casas y muros viejos; decorados con pinturas murales inspirados en los encierros. Por aquí es por donde suben los toros en los afamados encierros de Elche de la Sierra. Nuestro sendero coincide –en sentido contrario- con el recorrido taurino más de cuatro kilómetros, hasta el Corral Colorao. A los cuatrocientos metros, dejamos un camino a la izquierda y otro a la derecha, seguimos de frente. Enseguida, giramos a la izquierda siguiendo el mismo camino.  A continuación, a la izquierda se queda la estación depuradora de Elche de la Sierra. Ignoramos otro camino a la izquierda. A continuación, el muro de la izquierda es más bajo y podemos observar unos huertos. Por la derecha, se une a nuestro camino una acequia.

Curva a la derecha y curva a la izquierda, siguiendo el mismo camino encementado que llevamos desde que abandonamos el pueblo. Llegamos a la carretera, la tomamos a la derecha y pasamos sobre un puente. Al mismo cruzar el puente, seguimos la carretera asfaltada girando a la izquierda. A la derecha, sale un camino que no tomamos. Ascendemos, a la derecha la montaña y a la izquierda una valla y debajo, la rambla. Entre ésta y nuestro sendero, huertos a los que salen de vez en cuando algún camino. Todavía se puede ver algún burladero. Cuando llevamos poco más de un kilómetro, la carretera hace una curva a la derecha y por la izquierda sale una pista ancha, que tomamos. De la pista, siguen saliendo caminos a la izquierda que se dirigen a los huertos; seguimos la pista en dirección sur.

Cuando hemos recorrido 1,5 kilómetros, de nuestro camino sale otro a la izquierda que es un sendero de pequeño recorrido. Seguimos de frente. En menos de cien metros, nuestro sendero hace una curva a la derecha buscando la carretera de la Rambla de la Nava. Surge otro camino a la izquierda que no seguimos. En poco menos de dos kilómetros, llegamos a la cabecera de la rambla. Después de cruzarla, encontramos una importante bifurcación: a la derecha, en dirección suroeste sigue el Camino Real de Yeste; a la izquierda, en dirección sureste, continúa nuestro sendero. Por la ladera de la cuerda de la Peña de San Blas, arriba a nuestra derecha. A nuestra izquierda, abajo la rambla y al fondo Elche de la Sierra.

Pasamos junto a una casa, a la izquierda. A continuación, otra a la derecha “Finca la Umbría”. Dejamos un camino a la izquierda. Otra casa, con una piscina. A la derecha, un campo de olivos, vallado. Casa a la derecha, con un patio con bloques de hormigón; y camino a la izquierda. Casa a la derecha. Casa a la izquierda. Rumor de agua del regadío. A la derecha, camino que asciende con una cadena que impide el paso. Pasamos junto a una zona de piedras. Poco a poco vamos llegando bajo la Peña de San Blas y dejando a Elche a nuestra espalda; y vemos al fondo, en una loma, Villares.

A los tres kilómetros, el camino comienza a descender. Cruzamos sobre una acequia. Camino a la izquierda, que baja a la rambla. Al nuestro se une un camino por la izquierda. Cuando llevamos casi cuatro kilómetros, a la izquierda surge un camino que lleva a Villares, después de cruzar la rambla. Comenzamos a ascender. Zona de pinares jóvenes. Hemos ido girando y ahora seguimos dirección sur. Camino a la izquierda, ancho, que no tomamos para seguir recto.

El camino desemboca en una pista ancha, junto al Corral Colorao, una gran casa, de color rosa, con una valla, puerta de hierros, bancos,… Es aquí donde se encierran los toros que se van a correr en las fiestas. Parece ser que se le quiere dar uso de albergue juvenil; pues hay una explanada con un atractivo pinar. En la pista, mojones decorados con motivos taurinos. A la derecha, el Cerro del Agua. Giramos a la izquierda, en dirección este. Detrás de Villares, la carretera que va de Elche de la Sierra a Férez. La pista se asfalta y seguimos descendiendo. Pasamos sobre un puente el arroyo de la Rambla de la Nava. Al mismo cruzar el puente, abandonamos la pista asfaltada por la derecha, para seguir el arroyo. Cruzamos el arroyo de la Rambla de la Nava, cuando se une al arroyo de Vicorto. Lo cruzamos nuevamente. Una vez más cruzamos el arroyo por una senda semiperdida. Por cuarta vez cruzamos el arroyo. Una vez más cruzamos el arroyo, siguiendo unas trazas de camino. Vemos juncos, cañaveral y chopos. Giramos a la izquierda, subimos algo y llegamos a una acequia y seguimos una senda hacia la derecha. Seguimos sobre la acequia, y a nuestra izquierda un muro de piedras con un campo de olivos.

La senda se convierte en un camino ancho. Giramos a la izquierda, dejando de frente una casa de labor. Llegamos a una pista que seguimos a la derecha. A la derecha, una valla con una puerta y unos bidones de agua. La acequia sigue a la derecha, en un tramo del camino, cuando éste desciende. Llegamos a una valla de dirección prohibida. Seguimos el camino. Cuando hemos recorrido unos seis kilómetros, llegamos a una bifurcación. La de la derecha baja junto a los restos de un antiguo molino, hacia una casa de labor. Seguimos por la izquierda. El camino, claro, pasa por un campo de olivos, cuya labranza lo ha invadido. Curva a la izquierda y a la derecha.

Por una senda perdida, bajamos junto a otro antiguo molino. Giramos a la derecha, cruzamos una acequia ancha o arroyo y lo seguimos a la izquierda, junto a un frondoso cañaveral y un hermoso árbol. Seguimos junto al arroyo. Más adelante, lo cruzamos y lo dejamos a nuestra derecha. En el lecho de otro barranco, ascendemos por una senda, con el arroyo a la derecha, llega a una casa y se convierte en una pista forestal. Arriba, a la izquierda, las Casas de la Igualada. Cuando llevamos poco más de siete kilómetros, por la izquierda baja, de las Casas de la Igualada, un camino asfaltado que gira a la derecha y que seguimos. Ciento cincuenta metros más adelante, sobre un puente de hormigón cruzamos el arroyo que tantas veces hemos cruzado ya. Enseguida morirá en el río Segura. El camino, ancho y claro, va descendiendo hacia el río Segura, entre campos de almendros, rodeados con una valla. En otros ciento cincuenta metros, llegamos a una bifurcación que seguimos a la izquierda, por el camino más claro.

En algo menos de ocho kilómetros, llegamos a una explanada junto al río Segura. Después de acercarnos a ver el verde y acaudalado –en estos momentos- río, giramos por el camino a la izquierda, para dirigirnos al puente del Gallego, paralelos al río, que queda a nuestra derecha. Vadeamos un arroyo sobre una rambla encementada. La pista nos lleva al medidor del río. A la izquierda surgen una escaleritas que subimos. Terminan las escaleras en una senda, que seguimos a la izquierda, ascendiendo. A la derecha una piedra con una buena panorámica para hacer las fotos de rigor. La senda termina en una pequeña explanada y una pista, que seguimos a la derecha. La carretera de Elche la tenemos arriba, a la izquierda. Ya vemos al fondo el puente del Gallego, al frente, a la derecha. Pasamos junto a unos chalets, a la derecha. Llegamos a la carretera, justo enfrente de la indicación que indica: “Gallego, 100 metros”. Seguimos la carretera hacia la derecha, para refrescarnos en el restaurante “Río Segura”, situado junto al puente. Hemos recorrido unos nueve kilómetros.

Retomamos el camino, abandonamos la carretera de Elche. A continuación dejamos el asfalto, por una pista que surge a la derecha, junto a unos chalets de colores vivos. Antes de subir a la aldea, junto a una verja blanca, frente a un árbol grande, hay un carril con dos trazas, que seguimos girando a la derecha. En cien metros, frente a una casa, bifurcación: el de la derecha baja hacia el río; seguimos el de la izquierda, que se dirige hacia las huertas. Abandonamos el camino ancho, a la izquierda, para llegar a una acequia, junto a unas chumberas –a la izquierda- y una casa pequeña –a la derecha-. Seguimos junto a la acequia. Pasamos por una zona de espartizales. Nos dirigimos a un promontorio, con un solitario pino. Al bajar la lometa, por una zona de rocas por las que pasa el sendero, dejaremos de ver el Gallego y nos dirigimos a un cañaveral situado en el llano, junto al río. Es una explanada de arena fina, de sedimento, con baladre, pinos, hierba y florecillas. A treinta metros del río, podemos observar los restos (cañas retenidas por los pinos, aplastadas junto a su base) de la crecida del río, que debió ser impresionante.

Llegamos a otra explanada, a la izquierda un campo de olivos, al que subimos, transitándolo por su margen ya que el río pasa junto a él. Marchamos entre los olivos, a la izquierda, y el cañaveral del río, a nuestra derecha. Cuando llevamos casi diez kilómetros y medio, llegamos a una roca que nos impide seguir junto al río. A la izquierda, entre unos pinos, encontramos una senda que seguimos, ascendiendo, hasta llegar a un camino ancho, en la ladera, con el río debajo a la derecha. Bajamos  a otra explanada verde y agradable, junto al río. A los once kilómetros, en un meandro que hace el río, otra gran roca se incrusta en el río y la vegetación de ribera nos impide continuar junto al río. Ascendemos a la roca. Encontramos una senda que sigue por la ladera y la seguimos, en lo alto de la ladera, a unos cincuenta metros sobre el río. En este tramo es preciso extremar la precaución, pues la senda tiene piedras sueltas y la caída no es recomendable. Si se tiene vértigo habría que evitarla.

En unos ciento cincuenta metros, bajamos de nuevo a otra explanada junto al río. El descenso también es algo dificultoso. Seguimos encontrando restos de cañas de arrastres de las crecidas del río, por lo que habrá que elegir el momento de realizar este sendero. Recorremos durante medio kilómetro –aproximadamente- por un camino cómodo junto al río. Cruzamos un barranco y la senda desemboca en una pista que asciende y que vamos a seguir, para abandonar el curso del río Segura. Si se siguiera junto a él, también llegaríamos al Rincón del Río; pero el GR no está trazado junto al río, pues son muchas las dificultades que encontraríamos.

Ascendemos bruscamente por la vieja pista, durante medio kilómetro, dejando el río a nuestra espalda, después de girar a la izquierda, en una pequeña explanada. Arriba podemos ver el Corral de la Hoya. Llegamos a una pista. A la izquierda llegaríamos al Corral de la Hoya. Seguimos hacia la derecha. Medio kilómetro más adelante, del camino principal, surgen dos trazas de rueda a la derecha, que desciende. Seguimos por la pista principal. La pista, en un momento dado, cuando vamos ascendiendo junto al barranco de la Sierra de la Abeja, a nuestra derecha, se convierte en una senda. Cuando llevamos recorrido unos trece kilómetros, cruzamos el barranco, dejándolo a nuestra izquierda y seguimos ascendiendo, mientras el barranco se hace más profundo. A los catorce kilómetros, la senda llega a un collado y se convierte en una pista, que llanea y comienza a descender suavemente. Enseguida podemos ver el Cortijo de la Hoya de Martín Manso.

Llegamos a los 14,5 al Cortijo de la Hoya. La pista se bifurca. Seguimos a la derecha, la que surge frente a la casa, en dirección sur, descendiendo. Enseguida, por la derecha, viene un camino a nuestro sendero, que transita flanqueado por pinos jóvenes a ambos lados. Curva a la izquierda. Curva a la derecha. Bifurcación: la de la izquierda, sigue al pantano del Cenajo, que vemos al fondo. Seguimos por la derecha. En unos cuatrocientos metros, llegamos a un cruce. Seguimos el camino de la izquierda, ascendiendo. Otros cuatrocientos metros más adelante, a nuestra derecha sale un camino asfaltado que se dirige a la torre de vigilancia que vemos arriba a nuestra derecha. Seguimos por la pista. A la izquierda, al fondo, el pantano del Cenajo, que en estos momentos inunda zonas de ribera, anegando arbolado. Algo más de un kilómetro después, cuando estamos girando a la derecha, de nuestro camino sale un camino ancho por la izquierda. Lo ignoramos y seguimos de frente y descendiendo.

Unos seiscientos metros más adelante, llegamos a un abrevadero metálico para cabras montesas, a la derecha de la pista. Abandonamos la pista, por la izquierda, por una senda que transita sobre el lecho de un barranco. Cruzamos el barranco, dejamos a nuestra izquierda un dique de hormigón y seguimos la senda, que se dirige a otro barranco que cruzamos y sigue por la ladera. Siguiendo la senda, semioculta, cruzamos otro barranco. La senda se pierde por momentos, seguimos zigzagueando, en dirección al río. Giramos a la derecha. Llegamos a una especie de cortafuegos, a la derecha, que viene descendiendo bruscamente. Bajamos por él a una hermosa explanada, poblada de florecillas silvestres. Seguimos por la explanada en dirección contraria a la corriente del río durante unos trescientos metros. Finalmente, llegamos a una zona algo pantanosa, recientemente anegada, que nos anuncia el término de este primer tramo, ya que por aquí es por donde nos indica el trazado del GR 68 que deberíamos vadear el río, cosa en estos momentos absolutamente imposible. Hemos recorrido unos 19.200 metros desde Elche de la Sierra.

Vídeos

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Etapa 1 – Elche de la Sierra a Férez

Etapa 1 – Elche de la Sierra a Férez

Distancia: 27,93 Km \\\ Ascenso acumulado: 733 m \\\ Descenso acumulado: 699 m \\\ Cota mínima/máxima: 432 / 703

 

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

Perfil

 

Descripción del recorrido

             Comenzamos la primera etapa del GR 68 “Circular de la Sierra del Segura” en la Plaza de Ramón y Cajal, donde está situado el ayuntamiento de Elche de la Sierra- Desde allí nos dirigimos hacia la Plaza Vieja, por la calle Lonja. Pasamos junto a la iglesia de Santa Quiteria. Llegamos a la Plaza Vieja, donde encontramos un pilar decorado con motivos antiguos y taurinos. Seguimos por la calle Plaza Vieja en dirección sur.

              Bajamos por el camino del Puente Royo, se encuentra encementado, rodeado por casas y muros viejos; decorados con pinturas murales inspiradas en los encierros. Por aquí es por donde suben los toros en los afamados encierros de Elche de la Sierra. Nuestro sendero coincide –en sentido contrario- con el recorrido taurino más de cuatro kilómetros, hasta el Corral Colorao. A los cuatrocientos metros, dejamos un camino a la izquierda y otro a la derecha, seguimos de frente. Enseguida, giramos a la izquierda siguiendo el mismo camino.  A continuación, a la izquierda se queda la estación depuradora de Elche de la Sierra. Ignoramos otro camino a la izquierda. A continuación, el muro de la izquierda es más bajo y podemos observar unos huertos. Por la derecha, se une a nuestro camino una acequia.

               Curva a la derecha y curva a la izquierda, siguiendo el mismo camino encementado que llevamos desde que abandonamos el pueblo. Llegamos a la carretera, la tomamos a la derecha y pasamos sobre un puente. Al mismo cruzar el puente, seguimos la carretera asfaltada girando a la izquierda. A la derecha, sale un camino que no tomamos. Ascendemos, a la derecha la montaña y a la izquierda una valla y debajo, la rambla. Entre ésta y nuestro sendero, huertos a los que salen de vez en cuando algún camino. Todavía se puede ver algún burladero. Cuando llevamos poco más de un kilómetro, la carretera hace una curva a la derecha y por la izquierda sale una pista ancha, que tomamos. De la pista, siguen saliendo caminos a la izquierda que se dirigen a los huertos; seguimos la pista en dirección sur.

               Cuando hemos recorrido 1,5 kilómetros, de nuestro camino sale otro a la izquierda que es un sendero de pequeño recorrido. Seguimos de frente. En menos de cien metros, nuestro sendero hace una curva a la derecha buscando la carretera de la Rambla de la Nava. Surge otro camino a la izquierda que no seguimos. En poco menos de dos kilómetros, llegamos a la cabecera de la rambla. Después de cruzarla, encontramos una importante bifurcación: a la derecha, en dirección suroeste sigue el Camino Real de Yeste; a la izquierda, en dirección sureste, continúa nuestro sendero. Por la ladera de la cuerda de la Peña de San Blas, arriba a nuestra derecha. A nuestra izquierda, abajo la rambla y al fondo Elche de la Sierra.

               Pasamos junto a una casa, a la izquierda. A continuación, otra a la derecha,  “Finca la Umbría”. Dejamos un camino a la izquierda. Otra casa, con una piscina. A la derecha, un campo de olivos, vallado. Casa a la derecha, con un patio con bloques de hormigón; y camino a la izquierda. Casa a la derecha. Casa a la izquierda. Rumor de agua del regadío. A la derecha, camino que asciende con una cadena que impide el paso. Pasamos junto a una zona de piedras. Poco a poco vamos llegando bajo la Peña de San Blas y dejando a Elche a nuestra espalda; y vemos al fondo, en una loma, Villares.

               A los tres kilómetros, el camino comienza a descender. Cruzamos sobre una acequia. Camino a la izquierda, que baja a la rambla. Al nuestro se une un camino por la izquierda. Cuando llevamos casi cuatro kilómetros, a la izquierda surge un camino que lleva a Villares, después de cruzar la rambla. Comenzamos a ascender. Zona de pinares jóvenes. Hemos ido girando y ahora seguimos dirección sur. Camino a la izquierda, ancho, que no tomamos para seguir recto.

               El camino desemboca en una pista ancha, junto al Corral Colorao, una gran casa, de color rosa, con una valla, puerta de hierros, bancos,… Es aquí donde se encierran los toros que se van a correr en las fiestas. Parece ser que se le quiere dar uso de albergue juvenil, pues hay una explanada con un atractivo pinar. En la pista, mojones decorados con motivos taurinos. A la derecha, el Cerro del Agua. Giramos a la izquierda, en dirección este. Detrás de Villares, se observa la carretera que va de Elche de la Sierra a Férez. La pista se asfalta y seguimos descendiendo. Pasamos sobre un puente el arroyo de la Rambla de la Nava. Al mismo cruzar el puente, abandonamos la pista asfaltada por la derecha, para seguir el arroyo. Cruzamos el arroyo de la Rambla de la Nava, cuando se une al arroyo de Vicorto. Lo cruzamos nuevamente. Una vez más cruzamos el arroyo por una senda semiperdida. Por cuarta vez cruzamos el arroyo. Una vez más cruzamos el arroyo, siguiendo unas trazas de camino. Vemos juncos, cañaveral y chopos. Giramos a la izquierda, subimos algo y llegamos a una acequia y seguimos una senda hacia la derecha. Seguimos sobre la acequia, y a nuestra izquierda un muro de piedras con un campo de olivos.

               La senda se convierte en un camino ancho. Giramos a la izquierda, dejando de frente una casa de labor. Llegamos a una pista que seguimos a la derecha. A la derecha, una valla con una puerta y unos bidones de agua. La acequia sigue a la derecha, en un tramo del camino, cuando éste desciende. Llegamos a una valla de dirección prohibida. Seguimos el camino. Cuando hemos recorrido unos seis kilómetros, llegamos a una bifurcación. La de la derecha baja junto a los restos de un antiguo molino, hacia una casa de labor. Seguimos por la izquierda. El camino, claro, pasa por un campo de olivos, cuya labranza lo ha invadido. Curva a la izquierda y a la derecha.

               Por una senda perdida, bajamos junto a otro antiguo molino. Giramos a la derecha, cruzamos una acequia ancha o arroyo y lo seguimos a la izquierda, junto a un frondoso cañaveral y un hermoso árbol. Seguimos junto al arroyo. Más adelante, lo cruzamos y lo dejamos a nuestra derecha. En el lecho de otro barranco, ascendemos por una senda, con el arroyo a la derecha, que llega a una casa y se convierte en una pista forestal. Arriba, a la izquierda, las Casas de la Igualada. Cuando llevamos poco más de siete kilómetros, por la izquierda baja, de las Casas de la Igualada, un camino asfaltado que gira a la derecha y que seguimos. Ciento cincuenta metros más adelante, sobre un puente de hormigón cruzamos el arroyo que tantas veces hemos cruzado ya. Enseguida morirá en el río Segura. El camino, ancho y claro, va descendiendo hacia el río Segura, entre campos de almendros, rodeados con una valla. En otros ciento cincuenta metros, llegamos a una bifurcación que seguimos a la izquierda, por el camino más claro.

               En algo menos de ocho kilómetros, llegamos a una explanada junto al río Segura. Después de acercarnos a ver el verde y acaudalado –en estos momentos- río, giramos por el camino a la izquierda, para dirigirnos al puente del Gallego, paralelos al río, que queda a nuestra derecha. Vadeamos un arroyo sobre una rambla encementada. La pista nos lleva al medidor del río. A la izquierda surgen una escaleritas que subimos. Terminan las escaleras en una senda, que seguimos a la izquierda, ascendiendo. A la derecha una piedra con una buena panorámica para hacer las fotos de rigor. La senda termina en una pequeña explanada y una pista, que seguimos a la derecha. La carretera de Elche la tenemos arriba, a la izquierda. Ya vemos al fondo el puente del Gallego, al frente, a la derecha. Pasamos junto a unos chalets, a la derecha. Llegamos a la carretera, justo enfrente de la indicación que indica: “Gallego, 100 metros”. Seguimos la carretera hacia la derecha, para refrescarnos en el restaurante “Río Segura”, situado junto al puente. Hemos recorrido unos nueve kilómetros.

               Retomamos el camino, abandonamos la carretera de Elche, hacia el Gallego. A continuación dejamos el asfalto, por una pista que surge a la derecha, junto a unos chalets de colores vivos. Antes de subir a la aldea, junto a una verja blanca, frente a un árbol grande, hay un carril con dos trazas, que seguimos girando a la derecha. En cien metros, frente a una casa, bifurcación: el de la derecha baja hacia el río; seguimos el de la izquierda, que se dirige hacia las huertas. Abandonamos el camino ancho, a la izquierda, para llegar a una acequia, junto a unas chumberas –a la izquierda- y una casa pequeña –a la derecha-. Seguimos junto a la acequia. Pasamos por una zona de espartizales. Nos dirigimos a un promontorio, con un solitario pino. Al bajar la lometa, por una zona de rocas por las que pasa el sendero, dejaremos de ver el Gallego y nos dirigimos a un cañaveral situado en el llano, junto al río. Es una explanada de arena fina, de sedimento, con baladre, pinos, hierba y florecillas. A treinta metros del río, podemos observar los restos (cañas retenidas por los pinos, aplastadas junto a su base) de la crecida del río, que debió ser impresionante.

               Llegamos a otra explanada, a la izquierda un campo de olivos, al que subimos, transitándolo por su margen ya que el río pasa junto a él. Marchamos entre los olivos, a la izquierda, y el cañaveral del río, a nuestra derecha. Cuando llevamos casi diez kilómetros y medio, llegamos a una roca que nos impide seguir junto al río. A la izquierda, entre unos pinos, encontramos una senda que seguimos, ascendiendo, hasta llegar a un camino ancho, en la ladera, con el río debajo a la derecha. Bajamos  a otra explanada verde y agradable, junto al río. A los once kilómetros, en un meandro que hace el río, otra gran roca se incrusta en el río y la vegetación de ribera nos impide continuar junto al río. Ascendemos a la roca. Encontramos una senda que sigue por la ladera y la seguimos, en lo alto de la ladera, a unos cincuenta metros sobre el río. En este tramo es preciso extremar la precaución, pues la senda tiene piedras sueltas y la caída no es recomendable. Si se tiene vértigo habría que evitarla.

               En unos ciento cincuenta metros, bajamos de nuevo a otra explanada junto al río. El descenso también es algo dificultoso. Seguimos encontrando restos de cañas de arrastres de las crecidas del río, por lo que habrá que elegir el momento de realizar este sendero. Recorremos durante medio kilómetro –aproximadamente- por un camino cómodo junto al río. Cruzamos un barranco y la senda desemboca en una pista que asciende y que vamos a seguir, para abandonar el curso del río Segura. Si se siguiera junto a él, también llegaríamos al Rincón del Río; pero el GR no está trazado junto al río, pues son muchas las dificultades que encontraríamos.

               Ascendemos bruscamente por la vieja pista, durante medio kilómetro, dejando el río a nuestra espalda, después de girar a la izquierda, en una pequeña explanada. Arriba podemos ver el Corral de la Hoya. Llegamos a una pista. A la izquierda llegaríamos al Corral de la Hoya. Seguimos hacia la derecha. Medio kilómetro más adelante, del camino principal, surgen dos trazas de rueda a la derecha, que desciende. Seguimos por la pista principal. La pista, en un momento dado, cuando vamos ascendiendo junto al barranco de la Sierra de la Abeja, a nuestra derecha, se convierte en una senda. Cuando llevamos recorrido unos trece kilómetros, cruzamos el barranco, dejándolo a nuestra izquierda y seguimos ascendiendo, mientras el barranco se hace más profundo. A los catorce kilómetros, la senda llega a un collado y se convierte en una pista, que llanea y comienza a descender suavemente. Enseguida podemos ver el Cortijo de la Hoya de Martín Manso.

               Llegamos a los 14,5 kilómetros al Cortijo de la Hoya. La pista se bifurca. Seguimos a la derecha, la que surge frente a la casa, en dirección sur, descendiendo. Enseguida, por la derecha, viene un camino a nuestro sendero, que transita flanqueado por pinos jóvenes a ambos lados. Curva a la izquierda. Curva a la derecha. Bifurcación: la de la izquierda, sigue al pantano del Cenajo, que vemos al fondo. Seguimos por la derecha. En unos cuatrocientos metros, llegamos a un cruce. Seguimos el camino de la izquierda, ascendiendo. Otros cuatrocientos metros más adelante, a nuestra derecha sale un camino asfaltado que se dirige a la torre de vigilancia que vemos arriba a nuestra derecha. Seguimos por la pista. A la izquierda, al fondo, el pantano del Cenajo, que en estos momentos inunda zonas de ribera, anegando el arbolado. Algo más de un kilómetro después, cuando estamos girando a la derecha, de nuestro camino sale un camino ancho por la izquierda. Lo ignoramos y seguimos de frente y descendiendo.

               Unos seiscientos metros más adelante, llegamos a un abrevadero metálico para cabras montesas, a la derecha de la pista. En este punto abandonamos la pista, por la izquierda, por una senda que transita sobre el lecho de un barranco. Cruzamos el barranco, dejamos a nuestra izquierda un dique de hormigón y seguimos la senda, que se dirige a otro barranco que cruzamos y sigue por la ladera. Todo este tramo de senda está poco señalizado, pero lo recomendamos pues no tiene pérdida, ya que debemos dirigirnos al río. Siguiendo la senda, semioculta, cruzamos otro barranco. La senda se pierde por momentos, seguimos zigzagueando, en dirección al río. Giramos a la derecha. Llegamos a una especie de cortafuegos, a la derecha, que viene descendiendo bruscamente. Bajamos por él a una hermosa explanada, poblada de florecillas silvestres. Seguimos por la explanada en dirección contraria a la corriente del río durante unos trescientos metros. Finalmente, llegamos a una zona algo pantanosa, recientemente anegada, que nos anuncia el término de este primer tramo, ya que por aquí es por donde nos indica el trazado del GR 68 que deberíamos vadear el río, cosa en estos momentos absolutamente imposible. Hemos recorrido unos 19.200 metros desde Elche de la Sierra.

               Tras “vadear” el río Segura, algo poco recomendable y –según las épocas- muy peligroso, llegamos al Rincón del Río, en el lugar donde desemboca el arroyo del barranco de Collado Alto. Subimos una cuesta por una pista forestal. En 550 metros llegamos a las ruinas de un cortijo o corral. Abajo, a nuestra izquierda, el barranco del arroyo de los Gonzalos, al que nos acercamos, para vadearlo cuando llevamos 20.600 metros, para seguir junto a otro barranco. Enseguida pasamos por un paso angosto y el camino se estrecha.

               Cuando llevamos 21,2 kilómetros llegamos a una bifurcación señalizada. El camino de la derecha, más claro, es para vehículos. Seguimos por la izquierda, que es paso peatonal, y transita junto al arroyo, cruzándolo a uno y otro lado, caminando a veces por su lecho; además de que fue el que se marcó como ruta del GR 68. Es un camino antiguo, a veces encontramos un muro de piedras a su izquierda. Ambas opciones nos valen, ya que se van a unir en un kilómetro, en la Fuente Carrasca.

               En el kilómetro 22,2 llegamos a Fuente Carrasca y por la derecha viene la opción (para vehículos) que dimos antes. A continuación, una bifurcación. Por la derecha también llegaríamos a Férez. Nuestro camino sigue por la izquierda, ascendiendo. Cien metros más adelante, por la izquierda viene un camino que se une a la pista que seguimos, a veces junto a muros de piedra antiguo, a su izquierda. Unos cuatrocientos metros más adelante, llegamos a la Casa de la Mina, situada en una llanura, con campos de olivos que enmarcan nuestro camino. Unos ciento cincuenta metros después, surge un camino a la izquierda, en peor estado, seguimos de frente.

               A los 23.350 metros, pasamos junto a una casa, a la izquierda del camino. Junto a su puerta un letrero que pone “Cortijo la Mina.1989”. A su vera, campos de almendros y toda clase de flores silvestres. El camino asciende, para llegar en unos cuatrocientos metros, a un collado. En él, un cruce de caminos. Seguimos de frente, en la misma dirección que llevamos. En poco más de cien metros, llegamos a una bifurcación. Se pueden tomar las dos opciones. Aunque nosotros recomendamos la que surge a la izquierda, en dirección al Cegarrón, por cuya ladera pasaremos, mucho más corta. La de la derecha da un rodeo grande para unirse poco después a nuestro camino, pasando antes por la Casa de los Gonzalos.

               A la derecha, se observan unos cortados, una depresión que hace el terreno, asemejando un cañón. A unos setecientos cincuenta metros, pasamos junto a una casa, a la izquierda, y otras a la derecha, algo más lejanas. El camino desciende bruscamente hacia el arroyo del Lentiscar, cuando se une con el arroyo de Los Gonzalos. A la izquierda, se observan unos atractivos restos de acueducto. Vadeamos el arroyo del Lentiscar, llegamos a un carril (por donde vendríamos de haber tomado la opción mencionada antes) y lo seguimos a mano izquierda. Cruzamos el arroyo de los Gonzalos sobre un puente. Circulamos paralelos al arroyo. En unos trescientos metros desde que tomamos este carril, por la izquierda baja un carril que se une al nuestro.

               En total hemos cruzado cuatro veces, sobre un puente, el arroyo de los Gonzalos. A los 25.550 metros llegamos a las ruinas del Molino Viejo. A la derecha una zona de recreo. También figura un cartel de la Mancomunidad de la Sierra del Segura. Poco antes se han unido el arroyo de la Abejuela –a la derecha- y el de la Mora –a la izquierda-, para formar el arroyo de los Gonzalos.  Iniciamos un repecho. Pasamos junto a otro panel informativo, en este caso de la Confederación Hidrográfica del Segura, sobre la flora de la zona. A la derecha, observamos algo alejado, el corral donde encierran los toros que corren en las fiestas.

               A unos doscientos cincuenta metros desde el Molino Viejo, llegamos a una bifurcación y comienza el asfalto, que no dejaremos hasta llegar a Férez. A la derecha llegaríamos a la carretera de Elche de la Sierra a Férez. Seguimos de frente izquierda, subiendo por un repecho. Ignoramos los caminos que surgen a izquierda y derecha. Pasamos junto a una pequeña construcción de bloques de hormigón. Poco antes de llegar al cementerio, un camino a la derecha nos llevaría a las Hondonadas. A la derecha, juntos, el cementerio nuevo y el viejo. El camino se ve enmarcado por muros a derecha e izquierda. Es por aquí por donde suben los toros en los encierros. Más adelante, corral de ganado a la izquierda. A la derecha, unos cipreses junto al camino.

               Subimos al pueblo de Férez. A la izquierda, el mirador de las Eras y un cartel indicador del GR 68, señalando El Rincón del Río. Por la calle Eras, nos dirigimos a la Plaza Mayor, tras pasar por la Plaza Corredera. 

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Etapa 8 Refugio del Escorial a Alcaraz

Etapa 8 Refugio del Escorial a Alcaraz

Distancia: 12,83 Km \\\ Ascenso acumulado: 80 m \\\ Descenso acumulado: 388 m \\\ Cota mínima/máxima: 890 / 1291

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

 Perfil

 

Descripción del recorrido 

Partimos desde la puerta del refugio de El Escorial, cruzamos el río sobre un destartalado puente, subimos a una pista forestal y la seguimos hacia la derecha, en dirección norte. Las ruinas del cortijo están arriba, a la izquierda en lo alto. Más adelante hay una nave agrícola. Se va descendiendo el valle, con el río Escorial a la derecha, y la pista va por la ladera, rodeada de chaparros. Es una mañana de abril, ha llovido toda la noche, la niebla nos acompaña, la humedad lo impregna todo. La luz es mágica. Al poco, a mano izquierda, un nacimiento de agua casi en el mismo carril (este año ha sido de abundantes aguas).

El rumor del agua es constante. A veces se hace muy intenso y no podemos resistir bajar junto al río para ver las cascadas que forma el agua. A menudo abundan las zonas de repoblación de árboles, no sólo en este valle sino en toda la sierra. De vez en cuando, en el cauce del río se han construido unas presas para regular o contener las crecidas.  A los dos kilómetros, a la derecha, abajo junto al cauce encontramos una balsa de agua para uso de los bomberos forestales.

El camino está flanqueado a su derecha por una hilera de árboles variados: pinos, cipreses, abetos, robles, etc… A los dos kilómetros y medio, a la derecha, en el valle, encontramos dos construcciones agrícolas, un muelle y un vivero con muchos árboles plantados en sucesivas terrazas que, al parecer, se encuentra abandonado.

A los 3.300 metros, llegamos a la carretera CM-3216 y la seguimos durante unos metros a mano izquierda, subiendo un pequeño repecho. A los cuatrocientos metros, la abandonamos por una pista forestal que surge a la derecha. Enseguida, la pista hace una curva de 180 grados. Continuamos por ella. A los cuatro kilómetros, el camino se bifurca: a la derecha hay una construcción, posiblemente un antiguo molino. Seguimos hacia la izquierda. En algo más de cien metros, a la izquierda del camino otro antiguo molino, hoy abandonado.

Enseguida, cruzamos sobre un puente el río Escorial, el camino asciende y gira a la izquierda para situarse paralelo al río, que queda ahora a nuestra izquierda. La vegetación ha cambiado, ahora predomina la carrasca sobre algunos escasos pinos. Abajo, junto al río, sus inseparables chopos.

A los 4.650 metros, nuestro sendero se une al trazado del PR AB-22, que por la derecha se dirige a Paterna del Madera y por la izquierda hacia Vianos. Junto a su trazado, cruzamos nuevamente el río Escorial sobre un puente. Es habitual observar en este paraje caballos pastando. Al cruzar el río, giramos a la derecha y nos situamos en paralelo al río, a nuestra derecha, en dirección norte. Enseguida, el PR AB-22 nos abandona por la izquierda y lo vemos ascender bruscamente.

A los seis kilómetros el valle se estrecha. Al otro lado del río vemos las ruinas del Cortijo del Santo. Junto a ellas unas tinás de ganado aprovechan las paredes de la montaña. A los siete kilómetros y medio cruzamos nuevamente el río sobre un puente, discurriendo ahora por su lado derecho.

A los ocho kilómetros, encontramos una bifurcación. Seguiremos por el de la izquierda en la misma dirección que llevamos (a pesar de que una cadena impide el paso de vehículos), pues el de la derecha asciende hacia las ruinas de la Casa del Santo (al parecer se trata de un antiguo convento y los restos de un poblado ibérico). En este punto, a la izquierda se halla una presa, rebosante este año debido a las abundantes lluvias.

Continuamos caminando entre el rumor del agua del río, abajo en el valle, y el rumor del agua de una acequia antigua y plena, a nuestra derecha. Así, rodeados de agua y de vida, seguimos disfrutando de nuestro sendero. El valle se ha ido transformando en un cañón, con altas paredes de piedra tanto a izquierda como a derecha. La paleta de colores verdes parece infinita. Las paredes de piedra están surcadas por cortes longitudinales, en horizontal, y uno se imagina que representan un atractivo refugio para las abundantes aves.

A los ocho kilómetros y medio, el camino comienza a descender más vivamente, el valle se ha ido abriendo, dejándonos ver abajo ya el valle de Alcaraz. Junto a nosotros, a la izquierda –antes de llegar al río- encontramos plantaciones de árboles, principalmente nogueras. Volvemos a encontrar otra cadena en la pista, que impide el tránsito de vehículos motorizados.

A los nueve kilómetros y medio llegamos a la central hidroeléctrica de Los Batanes, un antiguo molino. Actualmente se halla un establecimiento hostelero. En este punto se unen los ríos del Escorial y el de la Mesta. En este punto, justo al cruzar sobre un puente, se une el GR 66 “De los Serranos” –que estamos recorriendo- con el GR 67 “Sendero del Mundo” (Alcaraz, Paterna del Madera, Bogarra, Ayna, Liétor, Talave y Hellín). Enseguida llegamos a la carretera A-23, que viene de La Mesta, y la seguimos hacia la izquierda.

El río que se acaba de formar, se llama ahora Alcaraz y discurre junto a nosotros, abajo a la derecha. El valle se abre y predominan los olivos y las huertas de autoconsumo. Seguimos por la carretera durante algo más de kilómetro y medio. La abandonamos cuando ésta hace una curva a la derecha para cruzar sobre el río. Seguimos una pista forestal que surge a su izquierda. Se une a nosotros el trazado del PR AB-21 que por la derecha viene de Paterna del Madera y que va a seguir junto a este sendero hasta Alcaraz, siguiendo el camino de los Rateros, que así se conocía el camino que acabamos de tomar.

A los doce kilómetros pasamos por el Cortijo Entre Huertos. Durante mucho tiempo nos sirven de faro las dos torres (de la Trinidad y del Tardón) que vamos viendo cada vez más cercanas. El camino llega a la carretera provincial AB-520, que hacia la izquierda se dirige hacia Elche de la Sierra, Hellín, Paterna del Madera y Vianos. Cruzamos la carretera y subimos por la calle del Bachiller Sahuco, hasta llegar a la monumental Plaza Mayor de Alcaraz, otrora capital de una importante comarca.

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Etapa 7 Riópar al Refugio del Escorial

Etapa 7 Riópar al Refugio del Escorial

Distancia: 15,51 Km \\\ Ascenso acumulado: 746 m \\\ Descenso acumulado: 423 m \\\ Cota mínima/máxima: 951 / 1644

 Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth. Para descargártelo pincha aquí.

Perfil

 

Descripción del recorrido 

Partimos de la plaza de Luis Escudero, después de detenernos en una escultura que reza:  “En homenaje y recuerdo a D. Juan Jorge Graubner y a todos los hombres y mujeres que han trabajado en las reales fábricas de bronce de Riópar (1772 – 2010), creando con su trabajo y su vida, el progreso y el futuro de todo un pueblo”. Es un obligado reconocimiento a los orígenes de este pueblo y a la voluntad de un hombre que cambió un pueblo de emplazamiento.

Salimos de Riópar por el Paseo de los Plátanos y la carretera CM-412, que conduce a Riópar viejo y a Alcaraz, Vianos y Paterna del Madera. Todavía en el casco urbano cruzamos sobre el Arroyo del Gollizo, que baja por la derecha.

En poco más de kilómetro y medio, llegamos a Las Casas de las Tablas. A la izquierda de la carretera se va en dirección al Camping Riópar, muy cerca del río Mundo. Giramos a la derecha por una pista forestal, que asciende, abandonando la carretera; paralela al arroyo de la Celada, que queda a nuestra izquierda.

A los dos kilómetros pasamos por el Cortijo del General Martínez Campos. Al mismo terminar el cortijo, la pista hace un giro a la izquierda. Nosotros seguimos por una senda en la misma dirección norte que llevamos, con el arroyo de la Celada a la izquierda. La senda es atractiva, con un antiguo muro de contención a la derecha, abajo el arroyo y sus inseparables chopos altivos. Es un placer oír el rumor del agua abajo, el valle está poblado de multitud de casas aisladas, refugio de muchos amantes de la naturaleza.

A los dos kilómetros y medio, cruzamos el arroyo de la Celada, situándonos en su margen derecha. Seguimos ascendiendo por una senda muy clara, antigua, entre pinos y muy agradable. Sin dejar la senda, el sendero hace un giro de 180 grados y sigue ascendiendo. Pasamos por una zona de juncos, nacimiento de agua que invade el camino. Más adelante, el sendero se convierte en un camino ancho o pista en mal estado, con trazas de dos ruedas, por el que pueden transitar coches. Nos hallamos en la zona de Los Majuelos.

A poco más de cuatro kilómetros, llegamos a una pista forestal muy ancha y en perfecto estado que viene del Gollizo (por la derecha) y sigue a El Villar y a la carretera entre El Noguerón y Riópar Viejo (por la izquierda). La seguimos a la derecha. Algo menos de un kilómetro más tarde, dejamos la pista forestal a mano izquierda, para subir por una senda el barranco de Poyo Papera. La senda está situada junto al arroyo, que queda a su izquierda. Más adelante, a la izquierda del camino, una vieja calera. Pasamos por una zona de juncos. La pendiente es fuerte. Hay pinos resineros.

Cuando llevamos 5.800 metros llegamos a la carretera C-415 (la antigua de Riópar a Alcaraz) y la seguimos a mano derecha, durante 500 metros. La vamos a abandonar por la izquierda, por un camino ancho que asciende con una fuerte pendiente, cuando la carretera toma una curva a la derecha de 180 grados. En cien metros, el camino ancho llega a un pequeño collado y nuestro sendero se convierte en una senda que gira a la derecha y continúa ascendiendo. Pasamos junto a varios mojones de monte público.

A los siete mil ciento cincuenta metros, llegamos al collado de la Dehesa de las Almenaras. A nuestra izquierda, abajo, podemos observar el valle de Riópar. Hemos pasado por una zona de repoblación de pinos. La dehesa es muy atractiva, de prado y espinos. A nuestra derecha una valla. Pasamos junto a un pozo antiguo, a nuestra izquierda. A los siete kilómetros y medio llegamos a una antiguo camino ancho que viene desde las ruinas del Cortijo de Miguel Serrano, a nuestra izquierda, y baja hacia el valle. Nos detenemos a visitar las ruinas de este antiguo cortijo.

Continuamos en dirección norte, la alambrada sigue junto a nosotros, a la derecha. Nos encontramos en una llanura. Nuestro sendero se une al río Endrinales, que baja desde las almenaras y en este llano sigue dirección este. Seguiremos juntos casi kilómetro y medio, pues ahora vamos a subir por un barranco, junto al río, en dirección noroeste. Es una vaguada muy atractiva, con rocas y chaparros. Cruzamos el río varias veces, situándonos a uno y otro lado, con una senda a veces poco clara.  Pero no hay pérdida, hay que seguir la dirección noroeste, en dirección al Cordel del Almenara, frente a nosotros.  Cuando hemos recorrido 9.400 metros, el barranco se bifurca a izquierda y derecha en dos direcciones: el río Endrinales viene por la izquierda, en dirección oeste; nuestro sendero sigue ascendiendo a la derecha, en dirección norte.

Siguiendo por el mismo barranco llegaremos a una pista forestal, justo al collado, en la base del Almenara. Nuestro sendero se une al recorrido del sendero PR AB-32 “Sendero del Tejo Viejo”, que por la derecha se dirige hacia la Lagunilla y por la izquierda hacia la fuente del Pino de los Muchachos, el barranco del Ciervo y finalmente el Cortijo de Tortas. La pista se bifurca: a la derecha asciende hasta Cuerda Larga. Seguimos por la izquierda hasta la fuente del Pino de los Muchachos (llevamos 9.800 metros). Aquí nos separamos del PR AB-32, que desde la parte baja de la fuente se dirige hacia el barranco de las Hoyas. Nosotros seguimos desde el mismo nacimiento, paralelo al barranco y sin perder altura en dirección noreste.

Es una zona de rocas, las Almenaras están arriba a nuestra izquierda y a nuestra derecha, arriba, las antenas y la caseta de vigilancia de Cuerda Larga. El sendero va girando sobre el eje de las Almenaras. Caminamos sobre la ladera, pasando por zonas de derrumbe, sin vegetación, en las que el agua arrastra la tierra montaña abajo.

            A los 11 kilómetros justos, cruzamos un barranco que baja por la izquierda de lo alto; y el sendero hace un giro brusco a la derecha. Doscientos metros más adelante, en una zona de rocas, el camino hace un giro a la izquierda. Más adelante sigue en dirección norte. Trescientos metros más adelante llegamos a un portillo de piedras, desde el que vemos al frente a la izquierda, la Piedra del Grito, a cuya base nos dirigimos, girando bruscamente a la izquierda hacia dos  mojones de delimitación de término, situados sobre una lometa. Seguimos por la cresta de la lometa hacia la izquierda. La Piedra del Grito está a nuestra derecha y el Almenara, al fondo a la izquierda. Hemos cruzado el cordel del Almenara, situándonos en la vertiente atlántica, por una senda bien marcada en la ladera que rodea la Piedra del Grito.

            A los doce kilómetros llegamos a una loma, giramos a la izquierda para descender por la cresta de la loma hacia la pista forestal que se dirige a Zapateros (izquierda) desde el puerto del Barrancazo (derecha). La seguimos hacia la derecha. Cuatrocientos metros más adelante llegamos a una bifurcación.  Seguimos por el carril que desciende a la izquierda, durante unos 1.200 metros, hasta que lo abandonamos cuando éste hace una curva a la izquierda, por una senda poco clara que baja por un barranco, dejando el arroyo a nuestra derecha.

            En un punto lo cruzamos para seguir la senda más clara a su derecha, para luego volver a cruzarlo, situándonos a su izquierda. El barranco se va abriendo en un pequeño valle, para unirse al valle que forma el río del Escorial, casi en el destino de nuestra etapa, pues enseguida llegamos a una pista forestal. Arriba a la izquierda están las ruinas de El Escorial. Al frente una nave agrícola. A la derecha, el Refugio del Escorial, al que llegamos tras cruzar el río sobre un puente en muy mal estado.

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Río de la Fuente del Roble

Recorrido: 6,94 Km

Desnivel salvado: 404 m. 

Cota máxima / mínima:   1500 / 1096

Mapas

Para poder ver el mapa en relieve, tienes que tener en tu equipo el Google Earth.

Para descargártelo pincha aquí.

 

Perfil

Descripción del recorrido

Tiene siete kilómetros de longitud. Nace a 1.500 metros de altura, en el paraje conocido como Cañá de la Mina, bajo el Muleto. Transcurre plácidamente en dirección noroeste, entre el Cordel del Almenara –a su izquierda- y la Sierra de Pino Cano –a su derecha-. A los cuatro kilómetros y medio pasa junto al Cortijo de los Tajones y poco después, por su izquierda, recoge las aguas que bajan del Prao de la Cumbre.

A los cinco kilómetros, acelera su paso al bajar por un abrupto barranco entre La Caldereta y Los Tajones, junto al camino que unía las poblaciones de Alcaraz y de Paterna del Madera.

Finalmente, por El Estrecho baja al valle, donde –bajo la Yesera- se une al río de las Acequias, para formar el río Matilla. Es de fuerte pendiente, pues en sus siete kilómetros de longitud ha salvado un desnivel de 400 metros.

Galería Fotografica